Acercar a los fumadores la oportunidad de dejar de fumar es el objetivo del curso impartido por el vocal del Colegio Oficial de Farmacéuticos de León, Rubén Álvarez de la Peña, a titulares de boticas de diferentes barrios de la capital.

El farmacéutico, quien tiene en su botica del edifico Europa de un gabinete de deshabituación tabáquica, subraya que aunque es verdad que «el tabaco es la principal causa de muerte evitable en el mundo», los motivos que llevan a muchas personas a dejar de fumar «no suelen ser por salud» ya que el tabaco «tiene un período largo de cuarentena y desde que se empieza a fumar hasta que aparecen los efectos del tabaquismo pasa tiempo».

El sentimiento de esclavitud es uno de los mecanismos que más fuerza ejerce sobre el deseo de dejar de fumar. «Hay personas que se lo platean cuando se enfrentan a situaciones como tener que bajar a comprar tabaco en medio de la noche por no poder reprimir el impulso de fumar», explica.

El factor económico tampoco es el que más influye a la hora de dejar el tabaco. Pero a veces se da importancia al factor estético, como el olor o el amarilleo de los dedos. Todos estos aspectos tienen que tenerlos en cuenta los profesionales de la farmacia a la hora de motivar a una persona para dejar de fumar.

Contar con un gabinete de deshabituación tabáquica en la farmacia supone un compromiso de atención sanitaria para sus titulares, ya que tienen que hacer un seguimiento de las personas que se ponen en sus manos.

Algo que resulta muy motivante para las personas que deciden dejar de fumar, explica García, es comprobar que desde el primer empieza a regenerarse ya que se empieza a eliminar nicotina y alquitrán de los pulmones. En la segunda disminuye la sensación de fatiga y en la tercera semana se eliminan las sustancias que aún permanecen en sangre. Empieza también la regeneración de los cilios y flagelos, lo que provoca más segregación de mucosas. «Por eso muchas personas que dejan de fumar dicen que tienen más catarro», aclara.

Dejar de fumar supone, en definitiva, reducir un factor de riesgo primordial en el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Pero más allá de cualquier argumento, lo que realmente importa a la hora de tomar esta decisión es el deseo. «Lo más importante es que la persona que fuma quiera dejar de fumar porque querer es poder», señala el farmacéutico. A partir de este momento es cuando la farmacia puede ayudar al fumador a abandonar su hábito con el uso de productos específicos que disminuyen el síndrome de abstinencia. «La nicotina genera dopaína, por eso fumar es un placer. Por eso cuando se lo quitas el organismo se rebela», explica.

Los medicamentos ayudan a disminuir la ansiedad y la dependencia física, pero hay una parte crucial, la psicológica, que tienen que tener muy en cuenta los profesionales de la farmacia cuando ayudan a las personas a dejar de fumar. «La dependencia psicológica suele durar un año y es verdad que depende de la voluntad, pero aquí son muy importantes las habilidades», subraya García de la Peña.

Por eso recomienda cambiar de hábitos de forma radical al mismo tiempo que se dice adiós a la nicotina. «Hay que generar habilidades que maten la ansiedad que hasta ahora controlaba el tabaco», explica. Hacer deporte, nadar o caminar rápido durante 40 minutos al día; beber muchos líquidos y comer mucha fruta para facilitar la regeneración y hacer pequeños cambios en el estilo de vida va a ayudar mucho a pasar este primer año.

«Es muy difícil dejar de fumar y no podemos decir que sea la decisión más importante, pero nadie se arrepiente», añade el farmacéutico.