Dos importantes multinacionales farmacéuticas han concedido finalmente a Sudáfrica nuevas licencias de fabricación de medicamentos genéricos contra el sida. Termina así un litigio entre estas grandes compañías y las autoridades de ese país, que iba camino de los tribunales. Este acuerdo podría reducir drásticamente el precio del tratamiento contra la infección VIH en muchos países del continente africano.

El conflicto afectaba a la multinacional británica GaxoSmithKline y la alemana Boehringer Ingelheim, dos de las mayores multinacionales farmaceúticas del mundo e importantes fabricantes de fármacos contra el sida (antirretrovirales). La Comisión Sudafricana sobre Competencia, una organización estatal que vigila las prácticas de libre mercado, las acusaba de encarecer el precio de estas medicinas y limitar los permisos de fabricación a otras empresas para intentar suprimir la competencia.

De no haberse producido este acuerdo fuera de los tribunales, los dos gigantes farmacéuticos habrían tenido que declarar ante un juez y exponer sus estrategias internas de marketing, algo que han preferido evitar.

Glaxo ha decidido conceder licencias sobre las patentes de tres fármacos – AZT, Epivir y Comvivir – para que sean fabricados a un precio mucho más barato en Sudáfrica. Además, permitirá la exportación de estos medicamentos a otros 47 países del África subsahariana donde el problema del sida es también acuciante.

Boehringer, fabricante del antirretroviral nevirapina, ha concedido por su parte una licencia libre de derechos para su fabricación e importación en Sudáfrica y otros 13 países de la zona. Con el nuevo acuerdo concederá además otros dos permisos de fabricación para este territorio.

Esta nueva situación, supone la aparición de nuevos fabricantes de fármacos contra el sida en África. Con ello llega la competencia entre compañías, y por tanto, la posibilidad de abaratar de forma muy importante el precio del tratamiento. El continente africano es incapaz de hacer frente al VIH en estos momentos, un problema que está barriendo generaciones completas en estos países.

El abaratamiento radical de las medicinas es un gran paso aunque la prevención sigue siendo capital en la lucha contra la enfermedad y existen problemas de pobreza y de acceso a los recursos sanitarios que dificultan enormemente el tratamiento contra el sida. Sin embargo, Jonathan Witswatersrand, abogado de la organización activista en pro de la lucha contra el sida «AIDS Law Proyect» ha reconocido que el acuerdo llega tarde, cuando han muerto ya cientos de miles de personas. «Sin embargo, ahora podrán salvarse muchas vidas y eso es lo que importa», afirma.