A los muchos efectos negativos del consumo de tabaco se suma ahora uno nuevo: el insomnio. De acuerdo con un estudio publicado en Addiction Biology, el tabaco no sólo se relaciona con la dificultad para dormir, sino que también influye en la calidad de sueño.

Así, un equipo de la Universidad de Medicina de Berlín-Charite (Alemania), tras analizar a más de 1.071 fumadores y 1.243 no fumadores sin trastornos mentales -la enfermedad mental se asocia con la adicción al tabaco y con una mayor vulnerabilidad a los trastornos del sueño-, ha visto que el 17 por ciento los fumadores dormía menos de seis horas y que el 28 por ciento tenía una peor calidad del sueño, cifras mayores que las de los no fumadores.

Mal compañero nocturno

Ahora bien, advierte, esto no prueba que el tabaco altere el sueño de manera directa. Según los investigadores, los fumadores tendrían otros hábitos que podrían influir en su descanso, como quedarse despiertos a la noche viendo la TV o hacer poco ejercicio, aunque se sabe que la nicotina es un estimulante.

Aunque existen muchos motivos para dejar de fumar, dormir bien podría ser, dicen los autores, uno muy bueno.