La ley del tabaco, que entró en vigor el pasado 1 de enero y que prohibió fumar en los centros de trabajo, acordó una moratoria de ocho meses para que los locales de restauración y ocio separasen las zonas de fumadores, y dejó a los de menos de cien metros cuadrados que optaran por permitir o no el tabaco.

«Ya hemos esperado suficiente y ahora si no se cumple la ley animaremos a los ciudadanos a denunciar», dijo Rodrigo Córdoba, presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), cuando la mayoría de los locales pequeños han decidido dejar que se fume y, sólo un 10% de los locales grandes se han acondicionado.

El CNPT, que agrupa a 42 sociedades técnicas y científicas, insiste en que los cerca de 60.000 locales a los que afecta la ley deben cumplirla.

Para Córdoba, la ley es muy clara y «se debe hacer un tabique con una puerta de acceso para la zona de fumadores o bien prohibir fumar en todo el recinto», e insiste en que los «los sistemas de ventilación no son legales ni aceptables como método de separación».

«Si la ley se suaviza para la hostelería se endurece para la salud de los ciudadanos», opinó Córdoba, para quien el empresario que en ocho meses no ha hecho las obras «no lo haría ni en ocho años».

Piden más tiempo y criterios técnicos para las obras

El secretario general de la Confederación Estatal de Hoteles y Apartamentos Turísticos (CEHAT), Ramón Estalella, se quejó de que no ha habido tiempo suficiente para la adaptación, de que en la ley no están detallados los criterios técnicos de la obra que se debe hacer y de que muchos ayuntamientos tardan hasta seis o más meses en aprobarles una licencia de obras.

«No tenemos soluciones», declaró, y al final «vamos a tener que prohibir fumar en casi todos los sitios, con el consiguiente desagrado de muchos clientes que quieren fumar».

Estalella criticó la falta de diálogo del Ministerio de Sanidad y expresó su descontento porque «las multas y los problemas con los clientes fumadores los vamos a tener nosotros». Por ello, pidió al Gobierno central más plazo para las obras y criterios que expliquen cómo debe hacerse la separación, ya que la mayoría de las comunidades todavía no tienen los reglamentos que desarrollan la ley.

El portavoz de la Asociación Nacional de Empresas por la Calidad del Ocio, Vicente Pizcueta, pidió también a Sanidad una interpretación más realista de la ley para «que no se quede reducida a papel mojado».

Pizcueta dijo que no se puede pretender en ocho meses, cambiar la evolución de una sociedad en la que fuman once millones de españoles y consideró, que la ley da la espalda a una realidad social, que es el problema del tabaquismo.

Señaló que el éxito de la ley en el ámbito del trabajo ha provocado un aluvión de fumadores en los bares y restaurantes, y dijo que «se ha desplazado al ocio y a la hostelería una presión añadida de los que no pueden fumar en los lugares de trabajo».

Ley más asumible

Para el empresario, los hosteleros no pierden la esperanza de que las comunidades aprueben decretos que hagan la ley más asumible y criticó a Sanidad por abordar de forma «torpe» el problema del tabaquismo.

En un país donde fuma un 31% de la población no se puede abolir el tabaco en los lugares de ocio, agregó, y se mostró a favor de estas políticas si se hubiera conseguido que fumara un 15% y el consumo de tabaco se limitara «más al ámbito privado».

Sobre la ley dijo que es «compleja y arbitraria» y abogó por que se opte por garantizar la calidad del aire con sistemas de ventilación, sin la necesidad de tabiques.

Asociaciones de consumidores como OCU y CECU destacaron la necesidad de hacer cumplir la ley y de respetar los derechos de los no fumadores, que deben prevalecer sobre los del fumador, al tiempo que recordaron que debe haber espacios físicos separados para los fumadores. PVO