El medio millar de jóvenes que participaron en el II Congreso Nacional de Alcohol y Juventud, celebrado en Zamora desde el pasado jueves, reclamaron ayer más medios para poder reinsertar al enfermo alcohólico y ayudarle a dejar su adicción.

Esta fue una de las conclusiones a las que llegaron los asistentes al congreso, organizado por la Federación Nacional de Alcohólicos Rehabilitados de España (Fare), en el que los participantes recordaron que tanto la embriaguez transitoria como el alcoholismo son enfermedades y así lo reconoce la legislación vigente.

Respecto a la asociación entre alcoholismo y maltrato familiar, los congresistas concluyeron que, aunque no todos los maltratadores son alcohólicos, ni todos los alcohólicos cometen malos tratos, «el alcohol es la mecha que enciende la llama», informó Efe.

Sesiones de trabajo

Estas conclusiones se alcanzaron en una de las sesiones de trabajo del congreso que estuvo moderada por la magistrada del Juzgado de lo Penal número 2 de Valladolid, Ana María Carrascosa, y que analizó las relaciones entre el alcohol, la familia y la legislación penal vigente.

Otro de los temas en los que se profundizó durante el congreso celebrado en Zamora fue el del alcohol y la conducción, un binomio que es una «bomba explosiva», según concluyeron los congresistas. También pusieron de relieve que la sociedad se ha insensibilizado y parece no ser consciente de la cantidad de muertos y heridos en accidentes de tráfico como consecuencia del consumo de alcohol.

Sexualidad

Sobre las relaciones entre el alcohol y la sexualidad, el congreso concluyó que, aunque el alcohol puede afectar en un primer momento positivamente en la fase de cortejo, «de forma inmediata se producen efectos negativos y un bajón del rendimiento sexual».

Estas conclusiones se alcanzaron en un congreso que a lo largo de cuatro días analizó las consecuencias del alcohol y desarrolló actividades lúdicas como conciertos y excursiones para demostrar que para divertirse no es necesario el alcohol.

En las jornadas se pusieron de relieve datos como que el 80% de los varones alcohólicos inicia su adicción antes de los veinte años o que, en la mayor parte de los casos, el enfermo alcohólico convive más de diez años con la enfermedad antes de reconocer su adicción.

Las diferencias en el consumo entre hombres y mujeres son cada vez menores ya que hace veinte años había una mujer alcohólica por cada diez hombres y hoy la proporción es de uno a tres. Pese a ello, todavía se distinguen pautas de comportamiento por sexos ya que, por lo general, el consumo por parte de las mujeres es menos adictivo y más racional. Ellas generalmente se vuelven alcohólicas entre los 25 y los 35 años. En un porcentaje que oscila entre el 60 y el 70%, su adicción se produce tras una grave frustración sentimental, según apuntan los expertos.