La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) ha pedido la «prohibición absoluta» del tabaco en espacios públicos cerrados, como ya ocurre en ocho países de la Unión Europea (UE), entre ellos Italia e Irlanda. Asimismo, ha mostrado su respaldo al Ministerio de Sanidad y Consumo en su voluntad de desarrollar la ley antitabaco con el objetivo de proteger a todos los fumadores pasivos y a los niños.

La hostelería y el ocio son los sectores más afectados por el incumplimiento de la normativa. Se estima que más de 800.000 trabajadores de bares y restaurantes están expuestos al humo del tabaco a pesar de que la ley, en vigor desde enero de 2006, prohíbe fumar en el puesto de trabajo.

Según la SEPAR, prohibir el tabaco en los espacios públicos cerrados es importante porque la situación actual vulnera un derecho fundamental de los trabajadores del sector de la hostelería y el ocio, además de tener graves consecuencias para su salud presente y futura. También es clave para proteger del humo de los cigarrillos a aquellas personas que no fuman y a los niños.

5.000 muertes al año

«Es una cuestión de salud pública profundizar en la protección del fumador pasivo, ya sean trabajadores como clientes», dijo Juan Antonio Riesco, coordinador del Área de Tabaquismo de la Sociedad, quien recordó que el tabaquismo pasivo provoca unas 5.000 muertes anuales, siendo la tercera causa de muerte evitable.

La ampliación de la ley protegería además a los niños de respirar humo de tabaco, factor importante ya que «sus pulmones están en pleno desarrollo y la atmósfera contaminada puede producirles importantes consecuencias en su salud respiratoria», apuntó Riesco.

Los neumólogos también recordaron que el hecho de permitir fumar en lugares públicos hace que los adolescentes asocien el tabaco a los momentos de ocio, lo que unido al mal ejemplo que ofrecen muchos adultos, fomenta su adicción.

Control del tabaquismo

Asegurar que los espacios públicos y lugares de trabajo sean zonas libres de humo es una de las medidas claves recogidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el control del tabaquismo.

Otras acciones que propone la agencia sanitaria son incrementar los impuestos sobre los cigarrillos; prohibir la publicidad y la promoción del tabaco; difundir los riesgos derivados del consumo mediante campañas de contrapublicidad y advertencias sanitarias en las cajetillas; proporcionar acceso al tratamiento eficaz del tabaquismo, y control del contrabando.

La OMS señala además que si se quiere conseguir una reducción significativa de la morbilidad y mortalidad causadas por el uso del tabaco en los próximos 30 a 50 años, las medidas de prevención y control deben ir acompañadas de una política asistencial eficaz.