Los quiosqueros ya pueden vender tabaco. Eso sí, para cumplir la ley han tenido que instalar en sus quioscos máquinas expendedoras que ellos manejan a distancia. El cliente les da el dinero y ellos sacan la cajetilla. De esta forma, se evita que los menores tengan acceso al tabaco.
Es la nueva máquina que podemos encontrar en algunos quioscos catalanes. El tabaco se venderá a partir de ahora así. Se pide lo que desea y se paga en mano al quiosquero. Ahora él tecleará el producto en este mando a distancia. Y será el cliente quien recoja su cajetilla. De esta forma se respeta la ley antitabaco que prohíbe la venta directa. Un quiosquero explica cómo funciona: «Me piden a mi el tabaco, me lo pagan y yo doy la orden para que la cajetilla llegue a manos del cliente».
Algo novedoso para los fumadores, que miran sorprendidos la máquina y que no se acostumbran al nuevo sistema. Jaime Gerboles, miembro de Covepress, dice » Están acostumbrados a echar las monedas en la máquina de cualquier bar y me dicen donde se ponen, donde está la ranura.
Para Jaime, el primer quiosquero, que la ha instalado todo son ventajas. Puede volver a vender tabaco, recuperar sus ingresos y cumplir la ley. La iniciativa es un éxito entre el gremio y a finales de esta semana está previsto que se instalen 40 máquinas expendedoras en toda Cataluña.