La Asociación Proyecto Hombre-Horizonte pondrá en marcha, con la colaboración del Ayuntamiento, un programa de prevención contra la drogadicción en los centros de Secundaria de Marbella. El objetivo de esta campaña es aunar esfuerzos contra este problema «para erradicar esta lacra de las calles, según expresó ayer Manuel Cardeña, delegado municipal de Bienestar Social.

Para ello, la delegación de Bienestar Social consensuará un plan de acción con aquellos centros educativos que lo soliciten. De esta manera, se pondrá en marcha una iniciativa que «dio sus primeros pasos en Marbella y que tiene que volver a la ciudad para seguir siendo vanguardia», explicó Cardeña.

El plan de prevención se basará en un estudio, realizado por Proyecto Hombre en colaboración con la Universidad de Huelva, que puso de manifiesto que la edad de inicio en el consumo de estupefacientes ronda los 12 años, de ahí que el programa se dirija de forma específica a los adolescentes, «porque de lo contrario estaríamos llegando tarde», explicó Juan José Soriano, responsable del área terapéutica del colectivo. «El problema de las drogas en la actualidad es que antes se veían como un problema del que había que salir y ahora se han convertido en un importante instrumento de socialización existente en la vida de los jóvenes», añadió.

Soriano explicó que en la actualidad los jóvenes tienen mucho más acceso a las drogas que antes por tres razones principales: «porque ahora es mucho más fácil adquirirlas, porque se tiene una percepción del riesgo que entraña cada vez menor y porque ahora son más baratas que nunca y por tanto más es más fácil de acceder a ellas».

Para acabar con estas prácticas, la campaña de prevención irá dirigida a potenciar las elecciones responsables del menor. El programa refuerza el pensamiento crítico de los adolescentes para que sean capaces de rechazar el consumo «incluso en un entorno que lo fomente», explicó el responsable de trabajos terapéuticos.

Además de educar a los menores con charlas informativas, se llevará a cabo de manera paralela un programa encaminado a la formación de padres y profesores, para que «con su trabajo y su convivencia diaria se conviertan en una referencia para los adolescentes», concluyó Soriano.