Vivimos rodeados de aparatos electrónicos y ya no podemos prescindir de ellos. Sin embargo, no solemos pensar en las consecuencias que acarrean la producción, el uso y nuestro modelo de consumo. Aún cuando lo hacemos, solemos desconocer la realidad en su entereza y complejidad.

Nuestros dispositivos electrónicos no sólo nos ponen frente a un dilema ético, sino que también suponen un grave problema para el Medio Ambiente, en todas sus fases de vida, aunque en mayor medida en la fase inicial y final de la vida de estos productos.

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