Más de medio millón de jóvenes hacen botellón cuando salen los fines de semana. Esto significa que seis de cada 100 españoles de entre 15 y 29 años consumen alcohol en la calle junto a sus amigos, según se desprende del último estudio del Instituto de la Juventud sobre el ocio juvenil. Los menores de 18 años son más habituales: casi la mitad de los jóvenes de esas edades que consumen alcohol lo hacen en la calle. Las razones que aducen son, sobre todo, de carácter económico: por el mismo dinero pueden beber mucho más y controlar la calidad de lo que están tomando.

La encuesta del Instituto de la Juventud, recogida en el informe oficial de 2004, preguntó a 1.459 jóvenes de entre 15 y 29 años sobre su ocio. Cuatro de cada 10 contestaron que salían por la noche todos o casi todos los fines de semana. El porcentaje equivale a más de tres millones y medio de personas. Cuando se les preguntó lo que hacían, el 15% (579.000 personas) contestó: «Voy de botellón». Esto es lo que harán miles de jóvenes el próximo viernes en quince ciudades si el macrobotellón convocado por Internet y mensajes de móvil tiene éxito.

Según el Instituto de la Juventud, esta actividad es menos habitual en el ocio de los jóvenes que ir de bares (lo hace un 72% de todos los que salen de noche), ir a bailar (57,4%), ir al cine (48,4%), a restaurantes (32,2%) o ir a casa de los amigos (38,21%). En la franja de edad de 14 a 18 años, sin embargo, las cifras aumentan: casi la mitad (un 47,5%) reconoce que bebe alcohol en calles o parques, según la Encuesta Escolar del Plan Nacional sobre Drogas (PND) de 2004.

– Quiénes lo hacen. Jóvenes de ambos sexos, de todo tipo de clases sociales, de entre 14 a 30 años. Los que más lo practican tienen entre 15 y 25 años, según un estudio de la asociación Sociodrogalcohol de 2004.

– Por qué. El consumo de alcohol es el elemento central del botellón, según todas las encuestas e informes. Permite beber más barato que en los bares y es un castigo a los locales que dan copas con alcohol de baja calidad, de garrafón. Otra de las razones más esgrimidas es la socialización: estar con amigos, escuchar música, ligar, bailar, etcétera.

– Cuánto cuesta. Depende de la ciudad. En Madrid, por ejemplo, los menores gastan una media de tres euros en alcohol. Una copa en un bar cuesta entre 6 y 10 euros.

– Qué se bebe. Combinados (licor de alta graduación con refresco), calimocho (mezcla de vino con coca-cola) y cerveza son, por este orden las bebidas preferidas de los botelleros, según un informe de 2003 sobre menores de entre 14 y 18 años.

– Hasta qué hora. Hasta la 1.00, los que tienen entre 15 y 18 años. A esa hora se incorporan los grupos de 18 a 20. Sobre las 2.00, empiezan a irse a casa los más pequeños y llegan los mayores de 20. Un estudio realizado en Cáceres en 2002 indicaba que, a las tres de la madrugada, el lugar de reunión habitual (la Plaza Mayor de la ciudad) estaba invadido por unas 3.000 personas, y que empezaba a despejarse media hora después. Casi el 80% de los menores de 18 años tiene que estar en su casa antes de las tres, según una encuesta del PND de 2004.