La negativa oficial del gobierno a reconocer el incremento del consumo y a generar una política de atención basada en la reducción de daños empeora la situación de riesgo para los consumidores, principalmente, de la frontera norte del país.

El 4 de octubre de 2019, el termómetro marcaba 21 grados en el cruce fronterizo de Mexicali, una temperatura suave para una de las ciudades más calurosas de México. Bianca, una mujer en situación de calle y usuaria de sustancias, aguardaba a su pareja, Antonio, cuando el agente Fermín, de la Policía Municipal, se le acercó con la excusa de una revisión. Sin mayores explicaciones, fue puesta a bordo de una patrulla y trasladada, por la fuerza, a un centro de tratamiento para consumidores de drogas.

Al no encontrar a Bianca, Antonio recorrió varias comandancias y la Agencia del Ministerio Público local en busca de respuestas, pero no pudo obtener información sobre su paradero. Dos meses después, esta pareja de jóvenes se reencontró en el centro de Mexicali.

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