Dos moléculas nuevas, que fueron probadas exitosamente en ratones, son capaces de atender al mismo tiempo la dependencia al alcohol y al tabaco, según estudios realizados conjuntamente por la Universidad de California, en San Francisco, y el laboratorio farmacéutico Pfizer, cuyos resultados se publicaron en la nueva edición de la revista Neuropsichopharmacology.

Estas dos moléculas significan un gran avance porque los científicos ya sabían cuál era el blanco que debían atacar, después de que se identificó una proteína que hace a las personas más propensas a desarrollar alcoholismo y tabaquismo. 

Durante casi cinco años se buscó una molécula que bloqueara a la proteína descubierta y finalmente se encontraron dos moléculas con esa función, las cuales podrían ser probadas en algunos meses en seres humanos.

El reporte de la revista científica indica que los roedores estudiados presentaron una disminución muy significativa de su consumo de alcohol, superior a la mitad de su consumo habitual, después de que recibieron los dos compuestos que bloquean a la proteína llamada receptor acetilcolina nicotínico (conocido por sus siglas como nAChR).

Las proteínas nAChR funcionan de manera parecida a unos ganchos químicos y están presentes en el cerebro y en diferentes partes del sistema nervioso central. Estos ganchos químicos son los mediadores a través de los cuales hacen efecto el alcohol y el tabaco en las personas. 

Anteriores investigaciones ya habían encontrado que algunas personas que tienen desactivados los genes que sirven para formar las proteínas nAChR no tienen problemas de alcoholismo ni tabaquismo, pero hasta ahora no existen las herramientas para apagar esos genes en la mayoría de las personas.

“El problema, hasta antes de este experimento, era cómo podíamos aprovechar el conocimiento que ya nos había obsequiado la genética, es decir, cómo desarrollar una medicina que cumpliera la misma función que el desactivar el gen que facilita estas dos adicciones. Estas dos moléculas nos acercan a esa solución”, indicó en el texto de presentación una de las dos líderes del estudio, Selena E. Bartlett. 

Además de esta científica, el estudio ha sido dirigido por la doctora Susmita Chatterjee, del Centro de Gallo de Investigación, en la Universidad de California en San Francisco, y por Hans Rollema, de la Unidad de Investigación en Neurociencias, de Pfizer.

REVOLUCIONARIO. Uno de los dos compuestos que fueron probados en roedores, llamado CP-601932, ya fue experimentado en humanos en un primer estudio que demostró que no es una sustancia tóxica. El siguiente paso es diseñar un estudio que compruebe que esa sustancia es efectiva para el control de la dependencia al alcohol y la nicotina.

El otro compuesto que aún no ha sido probado en humanos lleva por nombre PF-4575180. En ninguno de los dos casos se da a conocer la estructura química por razones de propiedad intelectual y hasta demostrar su eficacia.

“La adicción al alcohol y la nicotina frecuentemente son tratados como desórdenes separados, a pesar de que entre el 60 y 80 por ciento de los bebedores crónicos son también fumadores. Hay muy pocas estrategias actualmente para atacar los dos problemas al mismo tiempo y la información científica que es clave en este momento para atender las dos adicciones consiste en atacar la proteína del subtipo nAChR. Si logramos desarrollar una molécula suficientemente efectiva para bloquear esa proteína, daríamos un paso revolucionario para atender ambas adicciones”, explicó Selena Bartlett.