El entorno familiar es muy importante para ayudar a una persona que padece de ludopatía ya que esta adicción suele generar «co-adictos» dentro de la propia estructura familiar, personas que si bien no apuestan, justifican y hasta apoyan al afectado que sí tiene problemas por apostar.

El titular del Consejo de Integración Juvenil de esta entidad, Víctor Roa Muñoz, explicó que se han encontrado de casos de ludópatas que tienen, entre sus familiares, a una suerte de «cómplices» o patrocinadores de sus adiciones al juego, lo que hace mucho más complicado el tratamiento y ayuda al jugador compulsivo.

El patrón podría compararse con casos tan simples como una persona que requiere de una dieta estricta por padecer sobrepeso o alguna enfermedad, pero su mamá o algún otro familiar le ofrece las cosas que «le gustan comer», aunque de antemano sepa que no son adecuadas y que representan una amenaza para la salud.

«Muchas veces sucede lo mismo con el ludópata, pues muchos familiares en vez de ayudarlo a que deje de apostar, pagan sus deudas y los justifican pensando que algún día van a cambiar y al igual que el afectado, terminan atrapados en la negación de que tanto él como su pariente están afectados por una adicción, en este caso al juego», explicó.

De tal manera, que la persona adicta al juego, tiene en la familia un entorno completamente adverso para poder superar esa adicción, por lo que los Centros de Integración Juvenil han empezado a desarrollar actividades, programas y talleres para apoyar a las familias que conviven con ludópatas.

En el caso de esta entidad, los talleres arrancarían este mismo mes en las oficinas del CIJ ubicadas en pleno centro histórico de esta ciudad.

Roa Muñoz aclaró que no es complicado detectar cuando el juego empieza a convertirse en un problema para alguien, pues uno de los primeros indicios es el «alejamiento» de las actividades que tengan que ver con la propia convivencia familiar. «Un ejemplo común, es cuando la persona deja de asistir, en reiteradas ocasiones, a fiestas, reuniones o acontecimientos familiares relevantes con tal de irse a jugar, es un patrón recurrente en los casos de graves de ludopatía que hemos logrado documentar en el Centro de Integración», precisó.

«Es así como comienzan muchos casos antes de escalar a niveles o situaciones más graves como empeñar bienes de la casa, o incluso robar dinero de otros miembros de la familia para poder ir apostar, o ya en casos extremos, cometer delitos más graves para poder satisfacer su ansias por las apuestas», finalizó.