En Tabasco una de cada seis parejas tiene problemas de infertilidad y aunque es multifactorial, en el estado la causa más frecuente es ambiental, que se debe al abuso en el consumo del tabaco, alcohol y drogas, informó el director del centro de cirugía reproductiva y ginecología de la unidad de reproducción asistida del Hospital Ángeles, Raúl Cabra Zurita, quien especificó que se considera que se tiene esta problemática después de un año de estar teniendo relaciones sexuales sin protección y no lograr un embarazo.

«Definitivamente los casos de infertilidad han aumentado, actualmente una de cada seis parejas tiene problemas de infertilidad cuando hace 15 años era una de cada 20. En Tabasco hemos visto que se está incrementando más en la población masculina y se debe a cuestiones ambientales, como son el tabaquismo, alcoholismo y la drogadicción», afirmó.

Agregó que existen estadísticas nacionales que revelan que en el 90 por ciento de los casos, la infertilidad está relacionada con el estrés, la ansiedad y síntomas depresivos.

Sin embargo, el experto en el tema aclaró que es un problema de pareja en la que tanto el hombre como la mujer pueden ser los causantes de no poder concebir un hijo.

El galeno indicó que las cifras son proporcionales, pues en un 40 por ciento es de causa femenina, un 40 por ciento masculina, 15 por ciento causas mixtas y cinco por ciento se debe a una infertilidad inexplicable.

No obstante, otra de las causas por la que muchas personas terminan siendo infértiles son las traumáticas, tales como el montar a caballo.

Cabra Zurita señaló que en las mujeres la causa más importante se llama endometriosis, seguida de las causas infecciosas, las quirúrgicas y por malformaciones.

En ese sentido, señaló que lo más importante cuando una pareja es diagnosticada con algún problema de infertilidad, es que sepan que actualmente existen muchas alternativas para resolver su problema; asimismo -dijo- deben saber que el proceso desde la toma de conciencia a la resolución, tiene distintas fases y el reconocimiento de ello, el apoyo de especialistas y la paciencia, permitirá a la pareja la consecución de su principal objetivo: lograr un embarazo exitoso.

«La infertilidad frecuentemente crea una de las más angustiantes y devastadoras crisis existenciales que una pareja puede experimentar en conjunto. La incapacidad de concebir un bebé, a largo plazo puede provocar sentimientos de pérdida significativos. Enfrentarse a las múltiples decisiones médicas y a las incertidumbres que la infertilidad provoca pueden crear un desequilibrio emocional para la mayoría de las parejas», explicó.

El especialista en biología de la reproducción reveló que actualmente los tratamientos de fertilidad buscan el bienestar integral de la pareja, por lo que se consideran fundamental que durante el proceso se cuente con ayuda psicológica desde el principio del tratamiento y no únicamente como una ayuda cuando la situación está en el límite. Incluso, estudios demuestran que las mujeres en tratamiento de reproducción asistida en conjunto con apoyo psicológico, obtienen un mayor índice de embarazos que aquellas que no lo tuvieron.

Sostuvo que la ansiedad en una pareja infértil se origina porque una y otra vez se repite la vivencia de esperanza (al inicio del ciclo) y fracaso (cuando llega la menstruación). En segundo término, impacta el costo económico del tratamiento, el sometimiento a procesos quirúrgicos con lo que ello conlleva, y la invasión a la privacidad sexual de la pareja.

Raúl Cabra advirtió que entre más tiempo se tarden las parejas en atenderse las probabilidades de un embarazo serán menores.

«Muchas veces tardan 4 ó 5 años en llegar a un especialista en reproducción y ya vienen mal tratadas lo que dificulta el tratamiento. El ginecólogo general es el primer contacto y es el quien determina mandar a la pareja a un centro de reproducción. El tratamiento consiste en el diagnóstico, es decir, ver la causa del por qué la mujer no se ha podido embarazar y esto se lleva aproximadamente un mes».

No obstante -dijo- el tratamiento como tal se divide de una forma específica con respecto a lo que se tiene que hacer, es decir, los pacientes de baja complejidad los cuales son manejados con inseminación y los de alta complejidad con fertilización In Vitro, dependiendo cual es la causa se determina un tratamiento.

Subrayó que las probabilidades de embarazo en una buena inseminación es del 30 por ciento, mientras que en una fertilización de un 40 y un 45 por ciento.

«No todas las parejas son aptas para estos tratamientos por eso hacemos un protocolo de estudio y de ahí determinamos qué tipo de tratamiento ofrecerle pero básicamente del universo de pacientes que nos llegan el 80 por ciento al cabo de un mes logran el embarazo», puntualizó, al tiempo de informar que el costo por tratamiento varía, siendo el más caro el de la fertilización In Vitro que tiene un costo de entre 60 y 70 mil pesos.