Los cacheos en busca de armas de fuego han sido una práctica común durante años en los clubes nocturnos de Nueva York, pero en la actualidad algunos porteros han comenzado a registrar a los clientes por una nueva amenaza: un paquete de cigarrillos.

Los fumadores se han sentido más oprimidos últimamente después de que el alcalde Michael Bloomberg, habiendo ya autorizado el precio medio de una cajetilla en cerca de siete dólares, reforzara su lucha contra el tabaco al prohibir fumar en todos los bares y restaurantes el 30 de marzo.

En la actualidad, al menos un club nocturno, – preocupado por las multas que debe pagar si se halla a alguien fumando -, ha comenzado a revisar a los clientes en busca de cigarrillos, informó el jueves el periódico New York Post.

Además, el diario sensacionalista comentó que el club nocturno Cheetah de Manhattan está pidiendo a los clientes que dejen sus cajetillas de cigarrillos en el guardarropa con el coste de un dólar.

«No confían en los fumadores. La dirección se imagina que cuando (los clientes) entren y se tomen uno o dos tragos, van a comenzar a encender un cigarrillo. Así que cada vez que salgan a fumar, tendrán que pagar un dólar», dijo un observador al periódico.

Desde 1995, fumar ha sido prohibido en los restaurantes de la ciudad que tienen más de 35 asientos, pero los locales más pequeños y tabernas con bares separados estaban exentos, hasta que entró en vigor la nueva ley.

La norma, promulgada por el ex fumador Bloomberg, es similar al estatuto antitabaquismo de California y es una de las medidas más rígidas de Estados Unidos.

Las multas pueden ser de entre 200 y 400 dólares en una primera ocasión y de 500 a 1.000 dólares por reincidencia de la infracción. Las licencias de los comercios reincidentes podrían suspenderse.