Los niños en edad escolar que estuvieron expuestos a la cocaína en el útero materno necesitan servicios educativos más especiales que sus pares sin contacto prenatal con la droga, demostró una nueva investigación.

Estos servicios adicionales podrían costarle a Estados Unidos cerca de 27 millones de dólares anuales, estimó el equipo del doctor Todd P. Levine, de la Brown University, en Providence, Rhode Island.

Invertir en intervenciones tempranas no sólo aliviaría el sufrimiento de estos chicos en el largo plazo, sino que además sería conveniente, escribieron los investigadores en la edición actual de la revista Pediatrics.

Los temores de una epidemia de bebés con cerebros dañados después de un aumento en el consumo de cocaína desde la década de 1980 no se han tenido lo suficientemente en cuenta, indicaron los autores.

Pero mientras los estudios mostraron que los niños expuestos a la droga en el útero materno sólo tienen una posibilidad «mínima» de padecer malformaciones o complicaciones serias, los expertos agregaron que ese contacto con la cocaína podría tener efectos subyacentes en el desarrollo a largo plazo.

Para investigarlo, Levine y su equipo observó las necesidades de educación especial de 943 chicos de 7 años, 398 de los cuales habían estado expuestos a la cocaína antes de nacer.

Los niños en contacto con la droga en el útero eran alrededor de un 60 por ciento más propensos a tener un plan educativo individualizado (PEI), revelaron los autores.

Las escuelas públicas de Estados Unidos deben desarrollar un PEI para los estudiantes que cumplen los requerimientos estatales y federales de necesidad educativa especial.

La relación se mantuvo aún después de que los investigadores tuvieran en cuenta el coeficiente intelectual (CI), lo que demostró que los niños no tenían necesidad de PEI sólo por sus menores CI.

Los chicos expuestos a la cocaína con menores CI también eran más propensos a necesitar servicios de apoyo.

En general, los expertos hallaron que los niños blancos eran más proclives a tener PEI y a recibir servicios de habla y lenguaje que los estudiantes no blancos.

A partir de la estimación «conservadora» de que 45.000 niños expuestos a la cocaína nacen anualmente en Estados Unidos, brindar servicios de educación especial implicaría un costo adicional de 26,7 millones de dólares por año escolar, según señalaron Levine y sus colegas