Las decisiones adoptadas en este foro han sido las más trascendentales de los últimos años, coincidieron en señalar delegados de varios de los 192 países miembros que participaron en los trabajos de la Asamblea.

Antes de concluir hoy sus sesiones, la Asamblea adoptó una resolución que pide a los gobiernos movilizar a sus poblaciones e industrias para luchar contra el alcoholismo, considerado como una de las principales causas de muertes, discapacidad, enfermedades mentales y violencia doméstica, entre otros problemas sociales.

Algunos observadores ven en esta aproximación al problema del alcohol un primer paso hacia medidas más drásticas para evitar su consumo abusivo, sobre todo entre grupos especialmente vulnerables como niños, jóvenes y mujeres embarazadas.

En ese sentido, recuerdan que del mismo modo nació la estrategia contra el tabaquismo, que dio lugar a una convención internacional que entrará en vigor el próximo 31 de mayo tras su ratificación por más de 40 países.

En medio de los temores del mundo ante el eventual estallido de una epidemia de gripe, los países miembros de la OMS aprobaron igualmente un nuevo Reglamento Sanitario Internacional, que disminuye radicalmente el riesgo de la propagación transfronteriza de enfermedades infecciosas.

Entre otras disposiciones, este instrumento establece la obligación de los Estados de notificar a la OMS sobre la aparición de ese tipo de enfermedades en un plazo de 24 horas y reconoce la potestad de la agencia sanitaria de tomar medidas si no recibe la colaboración que solicita al país en cuestión.

Con esta medida se busca evitar que se repitan situaciones como la que protagonizó hace dos años China, cuyas autoridades negaron durante semanas la existencia de la neumonía atípica, también conocida como Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SRAG), que terminó propagándose por una treintena de países debido a esa retención de información.

Expertos de la OMS han declarado recientemente su inquietud debido a los indicios de que el virus de la gripe aviar, que causa actualmente estragos en Asia, pueda mutar hasta una cepa transmisible entre seres humanos, con consecuencias impredecibles.

Tomando en cuenta la trágica experiencia del maremoto que asoló en diciembre pasado el sudeste asiático, la Asamblea también aprobó una decisión para que la OMS disponga de un sistema de alerta rápida ante el brote de enfermedades en casos de desastres naturales.

Otra resolución insiste en la importancia de que la OMS implemente una estrategia mundial relativa al envejecimiento, sobre todo en vista de que para 2025 más de 1.000 millones de personas en el mundo tendrán más de 60 años.

Los países que forman parte de la OMS aprobaron este año un incremento del presupuesto ordinario de esta entidad multilateral, que se eleva a 915 millones de dólares para el bienio 2006-07, así como de las contribuciones voluntarias que serán de casi 2.400 millones de dólares.

Para la presidenta de la Asamblea anual y ministra de Sanidad de España, Elena Salgado, este acuerdo para aumentar los recursos de la OMS implica «un reconocimiento del papel de la OMS como vigilante de la salud en el mundo», sobre todo en lo relacionado con las enfermedades transmisibles.

La vacunación es una manera de reducir la tasa de mortalidad a causas de ese tipo de patologías, lo cual llevó a la Asamblea a adoptar una estrategia para que las vacunas sean accesibles a todos, especialmente en los países pobres.

Se estima que sólo en 2003 las campañas de inmunización evitaron la muerte de más de dos millones de personas, especialmente de niños, a pesar de lo cual la cobertura todavía está lejos de ser óptima.

Ese mismo año, 27 millones de lactantes y 40 millones de embarazadas, sobre todo en el mundo en desarrollo, no pudieron protegerse contra diversos males mediante vacunación.