La niña creía que repartía caramelos que le había dado su hermano, explicó. Los bombones eran en realidad pastillas de éxtasis y porciones de cocaína y de heroína empaquetadas en papel de aluminio.

Uno de sus compañeros de clase había aceptado uno de esos «bombones» pero aún no lo había comido cuando la maestra descubrió este hecho insólito, dijo un portavoz de la Fiscalía, Robert Meulenbroek.

La Policía holandesa de la localidad de Hilversum (centro), donde se encuentra la escuela, detuvo inmediatamente a la madre de la niña, que posteriormente fue puesta en libertad, y a sus tres hermanos de edades comprendidas entre los 16 y los 21 años, quienes permanecen detenidos y están acusados de posesión de drogas duras. La Policía se incautó de gran cantidad de drogas duras y de cannabis al registrar el automóvil del hermano mayor de la niña.