«El problema crece a pasos agigantados, sobre todo en los jóvenes, debido al modismo, al cambio de costumbres. Antes, se bebía por socialización, por montar cuadrillas, pero ahora los jóvenes hacen grupos grandes para buscar efectos en el alcohol». Vamos, que salir de «chiquiteo» se ha cambiado por salir a «agarrarse un buen pedo», pero la consecuencia final de estas salidas para muchas personas es la misma, la dependencia del alcohol, según el presidente de la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados de Palencia, Francsico Blasco, que hace hincapié en el alarmante aumento de los casos de alcoholismo entre los jóvenes, sobre todo hombres. «Constituyen ya el 7% del total de personas que acuden a Arpa, pero existen muchos más casos, solo que por resistencia o por ignorancia no vienen», apostilla Francisco Blasco, que ayer celebró el Día sin Alcohol con los integrantes de la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados (Arpa) repartiendo folletos informativos sobre prevención de la dependencia del alcohol en la Plaza Mayor de la capital palentina y ofreciendo a los que se acercaban allí un chocolate caliente (además, se celebró en la sede de Arpa una jornada de puertas abiertas, así como actividades de carácter interno para dar a conocer a los ciudadanos las acciones que llevan a cabo desde esta asociación).

¿Y cuántas personas acuden cada año a la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados para tratar de poner fin a su problema? «Depende de años, pero incluso hasta setenta. No todos terminan el programa, pero lo que es cierto es que el 95% de los que lo concluyen, sale de la enfermedad. Los jóvenes acuden bastante, pero abandonan muchos el programa porque piensan que pueden llegar a tener un beber controlado», apostilla el presidente de Arpa, que al distinguir entre el sexo masculino y femenino, hace una proporción. «El 75% de los que acuden a nosotros son hombres, y el 25%, mujeres. Vienen porque sus familias les «machacan» para que lo hagan, o por sentencias judiciales, para eludir una pena mayor. Ahora mismo, en la asociación, entre las personas que están en tratamiento o que ya se han rehabilitado y sus familiares, el grupo rondará las 225 personas», cuantifica Blasco.

¿Con la crisis ha aumentado el número de personas que buscan en el alcohol refugio a sus problemas? «Sí hay casos puntuales ante esa problemática de no tener trabajo, pero no lo tenemos tipificado como común», esgrime Francisco Blasco, que no establece un perfil tipo del alcohólico. «Todo aquel que hace uso de esta sustancia corre un riesgo, el límite para el consumo de alcohol lo tiene que buscar uno mismo. Si el alcohol le desestabiliza y le crea problemas, si necesita del alcohol para funcionar, si es de los que va a jugar la partida para entretenerse y pide un café pero está pensando en la copa, tiene una dependencia psicológica, y ahí hay un problema», abunda Francisco Blasco, que, al hacer una radiografía de Palencia, sí incide en el aumento del botellón.

«Es un síntoma, la reunión de los jóvenes en sitios concretos y con la aportación económica de cada uno para comprar calimocho o bebidas alcohólicas para mezclarlas con el refresco. En cambio, ha descendido el alterne de las cuadrillas por la disponibilidad económica, pero ha aumentado el beber solitario», hace hincapié el presidente de Arpa, que alerta además de las nuevas formas de consumo de alcohol. «En verano en Mallorca, se ha dado la moda de la inhalación de vapor de alcohol, que pasa de los pulmones al cerebro y que la borrachera que provoca es desorbitada», concluye Blasco.