Reforzar el papel de los municipios en la prevención de adicciones
El Plan Nacional sobre Drogas, que celebrará en 2025 su 40 aniversario, marca un momento clave para reflexionar sobre las políticas de prevención de adicciones en España y, en especial, sobre el papel fundamental de las administraciones locales. Este tema fue ampliamente debatido durante las XXVI Jornadas Municipio y Adicciones, celebradas a finales de octubre en Oviedo, que reunieron a personas expertas, técnicas municipales y representantes políticas para analizar el estado actual de las políticas locales en materia de adicciones y proponer estrategias para mejorar su impacto.
Entre los aspectos más destacados de las Jornadas, se subrayó la necesidad de otorgar mayor protagonismo a los ayuntamientos en el diseño del Plan Nacional sobre Drogas (PNSD), no limitándose únicamente a la ejecución de las políticas. Se argumentó que la proximidad de las administraciones locales a la ciudadanía y su capacidad de responder de manera innovadora a los problemas sociales emergentes, las convierten en actores imprescindibles para garantizar una prevención más efectiva. Además, se discutió la creación de un Observatorio de la Política Local sobre Adicciones, cuyo propósito sería centralizar información, analizar buenas prácticas y fomentar la transferencia de conocimientos entre municipios.
Un punto central del debate fue el rol de los Planes Municipales sobre Drogas y Adicciones (PMDA), considerados herramientas clave para articular políticas locales integrales. Estos planes no solo abordan la prevención y la incorporación social, sino que también incluyen ámbitos como la colaboración con la policía local para detección precoz, la promoción de valores saludables en actividades deportivas y la prevención ambiental a través de urbanismo y gestión del ocio nocturno. Se destacó que una mayor diversificación de los sectores de intervención permitiría avanzar hacia planes transversales más efectivos.
Otro de los temas abordados fue la importancia de mejorar la financiación de los PMDA, evitando que dependan exclusivamente de convocatorias de subvenciones competitivas. En su lugar, se propuso un modelo que garantice una financiación estable y sostenible, facilitando así la planificación a largo plazo y la aplicación equitativa de los programas en todo el territorio. También se sugirió reforzar la colaboración entre los servicios de drogas y los servicios sociales para responder de manera integral a las necesidades de los colectivos más vulnerabilizados.
Las XXVI Jornadas Municipio y Adicciones también destacaron la relevancia de disponer de datos actualizados y estudios recientes que permitan identificar las necesidades y desafíos de la prevención de adicciones en España. Entre los aportes más recientes, se mencionaron el estudio liderado por Villanueva-Blasco et al. (2024), que analiza los perfiles formativos y la situación demográfica de los profesionales de prevención, y el estudio HIGIEA, dirigido por David Pere Martínez, que se centra en los planes y programas municipales. Aunque este último está pendiente de publicación, ambos trabajos, junto con el libro Gramática de la prevención de adicciones de Ramírez de Arellano (2022), ofrecen una base sólida para construir propuestas que fortalezcan las políticas locales en esta área. Estos documentos no solo señalan las carencias actuales, sino que también proponen estrategias concretas para garantizar un impacto real en las comunidades.
En este contexto, se enfatizó la necesidad de programas de prevención basados en la evidencia científica y en buenas prácticas reconocidas internacionalmente. Las personas expertas coincidieron en que una organización territorial capaz de aplicar estos programas de manera racional y equitativa, con los recursos adecuados, es imprescindible para asegurar su eficacia. La prevención debe trascender el enfoque tradicional del ámbito escolar y abarcar otras perspectivas, como la Prevención Ambiental, que contempla medidas legislativas, fiscales y comunitarias dirigidas a colectivos y entornos específicos. Asimismo, es fundamental que las políticas locales dispongan de recursos económicos y humanos suficientes, garantizando una implementación sostenible y homogénea en todo el territorio.
La reflexión también incluyó la importancia de integrar estas estrategias en una red profesional pública y homologada, que permita a los municipios compartir conocimientos y coordinar esfuerzos. Las Jornadas cerraron con un llamado a priorizar la formación y especialización de las y los profesionales del sector, reconociendo su papel clave en la construcción de comunidades más resilientes frente a las adicciones. De esta manera, el camino hacia una prevención efectiva pasa por fortalecer tanto la investigación como la práctica aplicada, garantizando que las iniciativas locales cuenten con el respaldo científico necesario para generar un cambio tangible.
Finalmente, se propuso renovar los acuerdos entre las administraciones estatal, autonómica y local para definir prioridades comunes en la prevención de adicciones, así como fomentar la creación de laboratorios de ideas que diseñen programas adaptados a la diversidad de realidades locales. En definitiva, se concluyó que reforzar el papel de los municipios en la lucha contra las adicciones es un paso esencial para revitalizar el Plan Nacional y adecuarlo a los desafíos de una sociedad en constante cambio.