PERFIL DEL MENOR ATENDIDO EN PROYECTO HOMBRE EN 2006

Presentamos a continuación el perfil psicosocial de los adolescentes tratados en Proyecto Hombre durante el año 2006. Los resultados corresponden a un total de 20 centros de la red de Proyecto Hombre en España, distribuidos en 11 Comunidades Autónomas: Andalucía (programas de Córdoba, Granada, Huelva, Jerez, Málaga y Sevilla), Asturias, Baleares (Mallorca y Menorca), Canarias, Castilla-León (con tres programas, Burgos, León y Valladolid), Cataluña, La Rioja, Madrid, Murcia, Navarra y Comunidad Valenciana (Alicante y Castellón).

El estudio se ha realizado sobre una muestra total de 1.362 familias y 891 adolescentes.

1.EDAD DE INICIO EN EL CONSUMO

En Proyecto Hombre lo que más nos preocupa son las edades de inicio en el consumo, que cada vez son más tempranas. Nuestros adolescentes consumen mucho alcohol, con un patrón anglosajón en el consumo del mismo; es decir para poder empezar a relacionarse y a divertirse, es condición beber y beber mucho, lo que les hace sentirse mucho más sociables. Por otro lado, nos encontramos con el consumo de cada vez mayor de sustancias como el cannabis, cuya normalización es un hecho social. Asimismo en nuestros dispositivos estamos observando que está disminuyendo la percepción de riesgo con el consumo de cocaína.

EDAD DE INICIO:

SUSTANCIAS

ENCUESTA ESCOLAR 2004

MUESTRA PROYECTO HOMBRE

Alcohol

13,7

13,5

Cannabis

14,7

14

Cocaína

15,8

15,2

Heroína

——-

16

No hay diferencias significativas entre la muestra de la encuesta del PNSD y la de Proyecto Hombre.

2. CONSUMO DE SUSTANCIAS

(AUNQUE HABLEMOS DE SUSTANCIA PRINCIPAL, HAY QUE DESTACAR QUE LA MAYORÍA DE LOS JÓVENES QUE DEMANDAN TRATAMIENTO, UN 59,5% SON POLICONSUMIDORES, ES DECIR CONSUMEN HABITUALMENTE MÁS DE UNA SUSTANCIA.)

EL CANNABIS. Según el resultado de nuestro estudio, la sustancia más consumida es el cannabis, que ha aumentado un 13% en comparación con el año anterior, (ha pasado del 46% en el 2005 al 59% en el 2006) pero se constata la tendencia al policonsumo. Este dato indica claramente que la percepción del consumo de cannabis entre la población adolescente no ha disminuido.

En segundo lugar se sitúa la cocaína, frente al 36,8% del año anterior. Asimismo, se aprecia una incremento de las demandas de tratamiento debido al consumo de cannabis y heroína, y un descenso de los tratamientos motivados por el alcohol y la cocaína.

No obstante, se debe decir que existe una gran variabilidad en cada centro, respecto a la sustancia principal por la que se inicia el tratamiento. Así por ejemplo, existe una fuerte demanda de tratamiento para el consumo de cannabis (por encima del 90% de las causas de inicio de tratamiento en algunos programas).

LA COCAINA. Es la sustancia principal por la que se inicia tratamiento en tres programas, todos ellos del área mediterránea: Cataluña en donde el 61,7% de los tratamientos están ligados al consumo de esta sustancia, seguido de Murcia con un 57,8% y de Baleares un 50%.

EL ALCOHOL. La demanda y el inicio de tratamiento por problemas derivados principalmente del consumo de alcohol no es mayoritaria en ninguno de los programas.

LA HEROÍNA. Como se ha visto anteriormente, la heroína es una sustancia por la que se inician muy pocos tratamientos en los programas de Proyecto Hombre. Sin embargo, es llamativa la demanda en Baleares, con un 25% y a más distancia Madrid, 9%, donde existe también un importante número de tratamientos que se inician principalmente por el consumo de esta sustancia.

DISOLVENTES. El mayor número de demandas de tratamiento por esta sustancia es el centro de Madrid (18%). De hecho es el único programa en donde aparece esta sustancia como causa del inicio de tratamiento.

PATRÓN DE CONSUMO PREDOMINANTE ADEMÁS DEL TABACO

CANNABIS + ALCOHOL

CANNABIS + COCAINA

CANNABIS + ALCOHOL + COCAINA

Años de Consumo

– Alcohol: 3 años
– Cannabis: 3 años
– Cocaína: 1,75 años
– Heroína: 1 año

3. MÁS DATOS SOBRE EL PERFIL

-El 68,30% de los menores que acuden a la primera entrevista con su familia en el centro de Proyecto Hombre, ha realizado el tratamiento en el año 2006. El año pasado, esta cifra fue inferior (47,9%). Si comparamos estos datos con los del año pasado, vemos que a pesar de que el número de familias atendidas fue menor, sin embargo, el número de adolescentes que iniciaron el tratamiento fue más alto.

-Respecto a la distribución por sexo, el 80,5% fueron hombres y el 19,5% mujeres. La mayoría de los centros ha sido significativamente superior la demanda por parte de chicos que de chicas.

-La edad media de los adolescentes atendidos es de 17,4 años (17,9 para los hombres y 17,05 para las mujeres). Es decir, no existen diferencias significativas entre las edades de los chicos y chicas atendidas en Proyecto Hombre durante el año 2006.

-La mayoría de los chicos atendidos se han iniciado previamente en el consumo a través de las drogas legales (alcohol y tabaco) antes de probar las ilegales. De hecho, todos los que asisten a tratamiento fuman tabaco, como señalábamos en la página anterior.

– Las sustancias que mayores problemas siguen causando en los menores, y por tanto, los que generan mayor demanda de tratamiento en los programas de Proyecto Hombre son : el cannabis, la cocaína y el alcohol. Otras sustancias, como el speed, la heroína, el crack o la ketamina tienen un protagonismo muy local, en algunos programas concretos, pero no parecen formar parte de un patrón de consumo generalizado.

-Situación familiar de los adolescentes: la gran mayoría de los jóvenes conviven con alguno de sus progenitores, el 66,14% con ambos padres, el 16,6 % vive solo con la madre, el 1,6% solo con el padre, el 4,9% con la madre y su pareja, y no llega al 1% los que viven con el padre y su pareja. El resto de los chicos vive en algún tipo de institución (5,4%) o en pisos de acogida o tutelados (5,2%). Con respecto al año 2005, el único dato significativo es el de la reducción del número de jóvenes que viven con ambos padres, con respecto al año anterior (66,14% frente al 72,6% en 2005).

-Datos laborales: el 53,4% de los jóvenes estaba realizando algún tipo de estudios, (el 50,8%, solo se dedica a estudiar, mientras que el 2,6% combinaba los estudios con alguna ocupación laboral). El 22,4% de los chicos estaba trabajando y el 23,1% no tenía ninguna ocupación específica.


IX JORNADAS MENORES Y DROGAS

CÓMO PREVENIR LAS CONDUCTAS DE RIESGO

MADRID, 16, 17 Y 18 DE MAYO DE 2007

La continua evolución del fenómeno de las adicciones, trae consigo la necesidad de estar preparados para adaptar los abordajes terapéuticos y preventivos a la necesidad de cada momento. Ya en los años 90 se empieza a constatar la creciente presencia de familiares de menores que acuden a nuestros centros preocupados por el comportamiento de sus hijos y con la sospecha que se están iniciando en el consumo de drogas. Son jóvenes que son capaces de parcializar su vida, de manera que compatibilizan el consumo de drogas con el mantenimiento de áreas de su vida con una cierta estructura familiar. La popularización de las drogas causa en los menores una baja percepción del riesgo, que se traduce en un aumento cada vez mayor. La percepción de las drogas entre los adolescentes es tan baja que apenas infravaloran sus consecuencias negativas.

En Proyecto Hombre hemos constatado que el abuso de drogas entre los adolescentes ocurre muy frecuentemente asociado a otro tipo de problemas, como: Dificultades escolares, escaso funcionamiento familiar, trastornos psicopatológicos, desórdenes conductuales, así como conductas violentas y/o delictivas.

La creciente necesidad de autonomía que experimenta el adolescente le lleva a rechazar la protección de los adultos y a enfrentarse a situaciones y conductas de riesgo, que pueden representar una grave amenaza para su desarrollo. La necesidad de sentirse especial que tiene el adolescente puede llevarle a creer que es invulnerable y que no sufrirá las consecuencias más probables de los riesgos en los que incurre.

A través de la experiencia acumulada por Proyecto Hombre en sus diferentes propuestas asistenciales y de prevención se ha podido verificar la necesidad de abordar los factores de riesgo, ya que éstos son la punta del iceberg del consumo de drogas y generadoras de los procesos adictivos. Analizaremos este fenómeno desde varias perspectivas: Familiar, escolar, social (ocio y tiempo libre) y la patología dual, focos de indiscutible atención para los profesionales que trabajan tanto en la prevención como tratamiento de drogodependencias.

Estas IX Jornadas Menores y Drogas: «Cómo prevenir las conductas de riesgo» pretenden mejorar la calidad en la intervención y prevención, así como promover y fomentar la participación de distintas instituciones, colectivos, asociaciones que desarrollan experiencias innovadoras en el ámbito educativo y terapéutico.

CONCLUSIONES

En esta novena edición de las Jornadas, bajo el lema “Cómo prevenir las conductas de riesgo” hemos querido dedicar un espacio a la reflexión y al encuentro de todos los que nos dedicamos a la prevención, tratamiento de las drogodependencias. Abordar el tema central en toda su amplitud, exige hacer una aproximación desde diferentes ángulos y perspectivas.

Casi todos los expertos que acuden a esta cita, con carácter anual, inciden en la necesaria interacción entre los dos principales sistemas educativos : la familia y la escuela.

Es imposible prevenir las conductas de riesgo de los menores sin trabajar con ellos y sus familias como protagonistas y coprotagonistas del fenómeno. La importancia de la familia siempre ha sido uno de nuestros pilares en el tratamiento con adultos. Este mismo convencimiento nos conduce a trabajar de igual forma con la familia del adolescente. Se trata de una familia, que como hemos visto, se ha debilitado, incluso socialmente. Un trabajo con ellos y para ellos, donde trabajamos por mejorar las relaciones afectivas con sus hijos y por la recuperación de su protagonismo social.

En el ámbito escolar a los profesores se les está atribuyendo una responsabilidad mayor de la que pueden y deben asumir. No es justo responsabilizar sólo a las familias o sólo a la escuela. Para responder a esta pregunta, desde estas Jornadas se propone una apuesta por la educación en valores para prevenir las situaciones de riesgo. Los educadores, a su vez, hablan de sus necesidades, de su falta de apoyo, de las dificultades que atraviesan. Los hay que abogan por la transformación de la escuela en comunidades de aprendizaje, que expondrá el sociólogo Ramón Flecha en su ponencia titulada “Los retos de la educación y el aprendizaje para los niños y adolescentes”.

Nuestros adolescentes son nuestras oportunidades actuales, pero también somos conscientes de múltiples factores de riesgo, especialmente significativos en el estadio de la adolescencia que son nuestros grandes enemigos a la hora de trabajar con los adolescentes: la sensación de invulnerabilidad y la búsqueda de sensaciones nuevas, ya que son los factores que les someten a situaciones de máximo riesgo. Saber cuáles son sus valores, qué metas tienen, qué entienden por bienestar y a la vez, cuáles son las causas de su malestar, serán temas a tratar por expertos de la talla de Adela Cortina que se encargará de la apertura de las Jornadas con la conferencia “Jóvenes, valores y sociedad del siglo XXI”.

El perfil de los cerca de 400 profesionales participantes, procedentes de las diferentes provincias de España pertenecen a distintas entidades públicas, asociaciones, fundaciones, ONGs, que trabajan con menores, entre los que se encuentran psicólogos, psiquiatras, pedagogos…. conforman el público asistente a esta novena edición.

Las familias, la escuela, los adolescentes, y la sociedad en general necesitan de oportunidades nuevas que demuestren el éxito de experiencias positivas. Propuestas que refuerzan nuestras expectativas y otras, que nos pueden dar las claves para mejorar nuestra participación social son los ejes que conforman estas jornadas.