Hace más de 20 años, Verónica Schoj quería atender bien a sus pacientes, pero sentía que llegaba tarde cuando los veía morir a los 45 años por un cáncer de pulmón causado por el consumo de cigarrillos. Y decidió apostar a la prevención. Formó una coalición de organizaciones civiles, impulsó normas que crean ambientes 100% libres del humo del tabaco en toda la Argentina, denunció las interferencias de la industria tabacalera, y realizó investigaciones científicas que sirvieron para adoptar políticas públicas a favor del derecho humano de la salud. Por todos sus logros, ayer Schoj recibió un prestigioso reconocimiento en Washington DC., en los Estados Unidos: el «premio Judy Wilkenfeld 2012 por la excelencia internacional en el control del tabaco», otorgado por Campaign Tobacco-Free Kids.

«La reconocemos por crear un movimiento poderoso del control del tabaco en Argentina, jugando un rol clave en la promulgación de legislación para reducir el consumo de tabaco y salvar vidas, y sirviendo como modelo para una nueva generación de líderes de control de tabaco en toda Latinoamérica» dijo Matthew Myers, presidente de la organización que le dió el premio.

Schoj, de 42 años, comentó a Clarín que «el premio es un reconocimiento a la sociedad civil por haber superado los obstáculos de más de 30 años de interferencias de la industria en la legislación». Desde 2006, se fueron aprobando normas municipales y provinciales y, en junio del año pasado, se sancionó la ley nacional que aún la Presidente Cristina Fernández de Kirchner no reglamentó. En ese proceso de cambio incidió la fundación Alianza Libre de Humo, creada por Schoj y otras personas (hoy, con 108 asociaciones).

«El premio es también un estímulo para seguir alentando un cambio cultural: antes hasta se fumaba en los hospitales», señaló la médica, que es directora de la filial de la Fundación Interamericana del Corazón. Todavía el Congreso no ratificó el tratado mundial contra el tabaco de la OMS.