Cada día, el número de jóvenes que «empina» el codo más de la cuenta aumenta en muchos países desarrollados. Muchos padres y no poco profesionales sanitarios se sentirán aliviados al conocer que la ciencia está ofreciendo nuevas herramientas eficaces para detectar y tratar a los estudiantes que consumen alcohol de forma excesiva.

La última de ellas procede del otro lado del Atlántico, y viene de la mano de Kypros Kypri, de la Universidad Newcastle (Australia). Este investigador y su equipo avalan con un estudio, que recoge el último «Archives of Internal Medicine», el uso de las Web Proactiva de chequeo electrónico e intervención corta (e-SBI, sus siglas en inglés) permite el diagnóstico del consumo abusivo de alcohol y proporciona intervención terapéutica a los que lo necesitan. Su programa de Internet no es el primero que obtiene resultados exitosos.

El pasado agosto, la revista «Alcoholism: Clinical and Experimental Research» destacaba los resultados positivos de un estudio holandés sobre la web gratuita alemana «Beber Menos» (www.minderdrinken.nl). En ella, los usuarios pueden buscar en cualquier momento del día y de forma anónima orientación y motivación para reducir su consumo. El 19% de los más de 300 holandeses que participaron en la investigación redujo el uso de bebidas etílicas.

En el ensayo australiano, los autores enviaron un «e-mail» a 13.000 estudiantes que contenía el «link» de la Web. Finalmente, 7. 237 completaron el Test de Identificación de Problemas con el Alcohol. Siete paginas «on-line» con preguntas sobres aspectos demográficos, peso y altura, así como consumo en los últimos 12 meses o cantidades ingeridas, entre otras.

«Un total de 4.802 puntuaron negativo en el test. El resto, participantes en los que el cuestionario estableció si el consumo era peligroso o realmente dañino, fue dividido en dos grupos. Mientras que uno (1.251) fue sometido a la intervención de la e-SBI en la que además de recibir asesoramiento y motivación para dejar de beber, mantenía contacto con los profesionales al cargo del programa, el otro (1.184) formó el grupo placebo en el que no existía «feedback» con el personal terapéutico», destacan los investigadores en su trabajo.

Huellas de comportamiento

Durante el programa de intervención, los jóvenes recibieron información sobre los riesgos para la salud del consumo de alcohol y cómo reducirlos. Además, se les explicó cuáles eran las huellas psicológicas y de comportamiento que dejaba el abuso de bebidas, así como su relación con los accidentes de tráfico. también de dedicó tiempo al dinero invertido en alcohol.

Al mes de realizar el e-SBI, los participantes volvieron a recibir un correo electrónico en el que se les pedía, que de nuevo, rellenaran el cuestionario para comprobar su consumo [aunque éste fue más abreviado, sólo de tres páginas). Un 77% de los que componían el grupo de intervención continuo en la investigación frente al 80% de los que formaban el control. «Más varones que mujeres abandonaron el programa al mes de participación. Asimismo, la mayoría de los que se salió era de más edad».

En cuanto a la eficacia del e-SBI, los datos revelan que los adscritos al grupo de intervención consumían «copas» con menos frecuencia y habían descendido su uso total de alcohol en mayor medida que los participantes del grupo control. A los seis meses, y tras repetir el cuestionario, los científicos constataron que estos logros permanecían en aquéllos que lo habían secundado.

De hecho, tras medio año de seguimiento se constató un 11% de reducción del consumo en el grupo de intervención en comparación con el del control. «Los resultados obtenidos se asemejan a los logrados con la intervención breve en atención primaria», determinan los autores.

Y reconocen : «Podemos ser optimistas al pensar que la expansión de este tipo de intervención a través de la red puede producir un beneficio en toda la población. El e-SBI es un programa disponible, sin ánimo de lucro, que puede extenderse a las universidades, hospitales y centros de atención primaria».