Que en los Países Bajos el consumo y la compra de cannabis están tolerados es algo conocido en todo el mundo.
Lo que quizá no es tan público es que muchos holandeses se están cansando de que sus ciudades, y especialmente Ámsterdam, se estén convirtiendo en el centro de peregrinación de decenas de miles de “porreros”. Por eso, en algunas ciudades los «Coffe shops» ya exigen al consumidor un carnet que le identifique como holandés. Y por eso este barrio de la capital, Baarjsjes, ha decidido colgar carteles con la prohibición de fumar drogas -en la calle, claro-, y recuerda que está penado con 50 euros.