UNAD, la Red de Atención a las Adicciones, ha presentado la Guía para la salud sexual de la Generación Z, un recurso educativo pensado para ayudar a las personas jóvenes a vivir su sexualidad de forma saludable, placentera y libre de violencias. La publicación, orientada a quienes nacieron entre mediados de los años noventa y finales de los 2000, busca ser un documento de referencia frente a los retos actuales en materia de salud sexual.

La guía ha sido elaborada con la asistencia técnica de Sexualidad Consentimiento. Se estructura desde una perspectiva integral que incorpora el enfoque de género, el respeto a la diversidad y la defensa de los derechos sexuales y reproductivos como parte fundamental del bienestar personal.

Uno de los bloques centrales se dedica a la prevención del VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS), con explicaciones claras sobre síntomas, vías de transmisión, tratamientos y métodos de protección. También se detallan recursos como la PrEP, la PEP y los centros donde realizar pruebas gratuitas y confidenciales.

Otro de los apartados clave aborda la relación entre consumo de drogas y sexualidad, explicando cómo sustancias como el alcohol, el cannabis, la cocaína o el MDMA pueden influir en la toma de decisiones, el consentimiento y el bienestar físico y emocional durante las relaciones sexuales. La guía apuesta por un enfoque de reducción de riesgos, lejos del juicio y más cerca de la información útil y realista.

En cuanto al consentimiento, el documento desmonta ideas erróneas todavía presentes entre la juventud y ofrece pautas claras para promover relaciones eróticas basadas en el deseo mutuo, la comunicación y el respeto. También se analizan los efectos del amor romántico, los mitos sobre la sexualidad y el impacto que tiene el consumo de pornografía en las expectativas y comportamientos sexuales.

El papel de las redes sociales y el entorno digital ocupa un lugar destacado en la guía, advirtiendo sobre los riesgos del ciberacoso, la sextorsión o el acceso precoz a contenidos sexuales sin filtros. No obstante, se reconoce también el valor de Internet como herramienta de apoyo, visibilización y acceso a información segura, especialmente para jóvenes LGTBIQ+.

Además, el documento establece una conexión clara entre la salud mental y la sexualidad, recordando que el bienestar emocional es inseparable del bienestar sexual. Problemas como la ansiedad, la baja autoestima o la presión social pueden afectar directamente al deseo, la satisfacción o la capacidad para establecer relaciones seguras.

La guía incluye propuestas pedagógicas y dinámicas para trabajar estos temas en grupos y espacios educativos, convirtiéndose así en una herramienta útil tanto para jóvenes como para profesionales del ámbito social, sanitario o educativo.