Durante años las sustancias psicodélicas, que alteran la percepción de la mente, estuvieron asociadas a movimientos contraculturales y estigmatizadas como drogas recreativas peligrosas. Sin embargo, hoy están resurgiendo como posibles aliados en la lucha contra algunos trastornos mentales. ¿Qué tienen de especial y por qué ahora están en boca de científicos y terapeutas de todo el mundo?
La historia moderna de los psicodélicos comenzó en 1943, cuando Albert Hofmann, químico suizo, fue expuesto accidentalmente a la LSD (dietilamida de ácido lisérgico). De camino a casa, montado en su bicicleta, experimentó un viaje psicodélico de colores y sensaciones que nunca olvidaría.
Aunque al principio se usó como apoyo en terapias psicoanalíticas, las preocupaciones sobre su seguridad llevaron a su prohibición en 1970. Durante décadas las restricciones legales y el estigma frenaron la investigación, pero el interés por estas sustancias nunca se extinguió.
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