En los municipios y veredas en los que hay cultivos de coca para la producción de cocaína, las personas usualmente explican sin rodeos que la coca es el motor de toda la economía local: las tiendas de ropa, el mercado, las peluquerías, las tiendas de motos, ferreterías, restaurantes, bares y panaderías. Todo lo mueve el dinero que viene de la coca. La economía cocalera, como ningún otro sector, parece servir de catalizador del resto de la actividad productiva. Así lo perciben sus pobladores. Por eso en momentos de crisis, como el que durante más de un año se ha vivido en las regiones cocaleras, en los pueblos se comenta que toda la economía está mal porque no hay dinero circulando. ¿Cuál es el impacto del sector cocalero en el resto de la economía local? Y ¿Cuáles son sus efectos en indicadores socio económicos importantes para el desarrollo de la región en el largo plazo?
Esta es la pregunta que motiva la investigación que estamos desarrollando con colegas del CESED y la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, y que recientemente publicamos como documento CEDE-CESED. En este trabajo investigamos el reciente auge en los cultivos de coca en Colombia producto del anuncio en 2014 del programa de sustitución de cultivos de coca (PNIS). Entre el anuncio y el primer año de implementación del programa, el área con cultivos de coca aumentó en un 150%, pasando de 68,000 a 171,000 hectáreas.
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