«Fuentes diversas indican que hoy en Rusia entre tres y ocho millones de personas consumen drogas», afirmó Boris Tselinski, representante de la agencia en una conferencia de prensa.

Tselinski citó un estudio del Ministerio de Educación de Rusia según el cual los escolares drogadictos rondan los 5,9 millones.

«Es una cifra enorme», comentó Talinski al añadir que los registrados oficialmente como drogadictos en las entidades del Ministerio de Sanidad no pasan de las 500.000 personas.

«De ese medio millón de drogadictos, únicamente 50.000 pueden recibir cada año tratamiento en los servicios de rehabilitación públicos porque estas entidades operan al máximo de sus posibilidades», subrayó Tselinski en alusión a la falta de recursos.

Explicó que cada vez son más los rusos adictos a drogas como la heroína, estupefacientes sintéticos del grupo de la anfetaminas y otras elaborados a partir de fármacos producidos en laboratorios clandestinos.

Tselinski subrayó que el 72 por ciento de los drogadictos en Rusia es menor de 30 años y el incremento de adictos es más acelerado entre las mujeres.

Añadió que la drogadicción es uno de los problemas sociales más agudos del país porque cada vez es más estrecha su relación con otros flagelos no menos graves, como el alcoholismo y la toxicomanía, el consumo o inhalación de substancias de uso industrial que producen alucinaciones.

Además, la drogadicción incide de forma determinante en la criminalidad en el país, principalmente en la inseguridad en las calles y la violencia doméstica.

Las drogas también causan estragos entre los menores que comienzan con la inhalación de gasolina, acetona, disolventes y adhesivos para pasar después a la marihuana y de allí al opio, la heroína, las pastillas de LSD, éxtasis y anfetaminas.

Tselinski resaltó que la drogadicción es un factor clave en la propagación del sida en Rusia, que en los últimos años ha tenido uno de los índices más altos de Europa.

Sin precisar fechas, el funcionario anunció que se pondrá en marcha un programa federal dedicado a contener la drogadicción.

«Será un programa que pondrá hincapié en la prevención, la información sobre el peligro que acarrea el consumo de drogas y la promoción de hábitos de vida sanos», subrayó el funcionario.

Según el Ministerio de Sanidad, al menos 3.500 drogadictos mueren cada año.