Un editorial publicado en el último número de «The Lancet», titulado «¿Cómo duerme por las noches, señor Blair?», pide al Gobierno británico que prohíba el tabaco.

«Si el tabaco fuera una sustancia ilegal –cita- la posesión de cigarrillos sería un delito y el número de fumadores disminuiría».

La revista británica señala que el 80% de la población del país no es fumadora, y que esta mayoría debería tener el derecho a disfrutar de un ambiente libre de exposición a sustancias cancerígenas.

Explica que en una carta al diario «The Times», 18 colegios de médicos criticaron abiertamente la política de salud pública gubernamental, condenando la ineficacia para introducir legislación que prohíba fumar en lugares públicos, algo que sí han hecho otros países, como parte de Estados Unidos y Canadá, Tailandia o Australia. También se pide al gobierno de Blair que siga el ejemplo de Irlanda, que ha impuesto la prohibición de fumar en público.

En el editorial se insiste en la necesidad de prohibir el consumo de tabaco en el lugar de trabajo, así como en bares y restaurantes y estima que 1.000 británicos mueren anualmente como consecuencia del tabaquismo pasivo.