No son conscientes del daño que causa y no están preparados para hacerle frente. Como consecuencia del creciente consumo de tabaco, en 20 años los países en vías de desarrollo podrían ser los más afectados por el cáncer de pulmón. Con el objeto de disminuir los efectos fatales de esta droga, un editorial publicado en «The Lancet» pide que los gobiernos de todo el mundo se comprometan a aumentar el precio de los cigarrillos un 50% cada año.

«El cáncer de pulmón es el más común en el mundo y el que causa más muertes. De los 1,4 millones de individuos diagnosticados este año con el trastorno, más del 85% morirá antes de 2010″. Esta frase, con la que empieza el comentario, refleja las consecuencias actuales de un tipo de tumor que en el 90% de los casos está ligado al hábito de fumar.

La disminución del consumo en algunas naciones desarrolladas parece que reducirá esta incidencia. Sin embargo, los países más pobres lejos de rebajar el uso de esta droga lo están incrementando. «El resultado es un tendencia global: más personas están fumando más cigarrillos. Y esto, tristemente, significa más muertes», indica «The Lancet».

La información antitabaco ha demostrado ser efectiva en lugares como Reino Unido, Canadá, Estados Unidos o Norte de Europa. Pero, este método -según indica el editorial- no suele llegar a las naciones más pobres debido, entre otros factores, al bajo índice de alfabetización, la pobreza y los sistemas sanitarios subdesarrollados.

Desconocimiento de la enfermedad

A pesar de que en dos décadas es posible que el 75% de los fallecidos por cáncer de pulmón provenga de países no evolucionados, la revista británica asegura que el desconocimiento de la enfermedad en estas naciones continúa siendo una constante. Pocos gobiernos consideran este tipo de tumor una prioridad de salud pública.

Esta falta de concienciación social, junto con la escasa información de la que disponen los profesionales sanitarios, a menudo retardan la identificación del cáncer, disminuyendo con ello las posibilidades de curación.

Pero el fallecimiento por cáncer de pulmón en los países en vías de desarrollo se ve condicionado por otra serie de factores: «La malnutrición generalizada, la pobreza y las infecciones disminuyen la tolerancia al tratamiento, y la escasez de especialistas en cáncer significa que las terapias a menudo son administradas por personal formado inadecuadamente y que trabaja solamente con los recursos básicos y con un acceso restringido a los medicamentos».

Lo que más se necesita

Aunque el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco propone algunas medidas para disminuir el consumo (restringir la publicidad de cigarrillos, mejorar el empaquetado y etiquetado y reforzar la legislación sobre el contrabando), el editorial recalca que lo que más se necesita es implementar los impuestos sobre el tabaco.

«El Banco Mundial estima que un incremento en el precio de un 10% puede reducir la demanda de tabaco un 4% en los países con altos ingresos y un 8% de las naciones con rentas medias y bajas. Urgimos a todos los gobiernos a que se comprometan a incrementar los precios anuales un 50%. Ésa es la única forma de reducir la demanda de un producto que provoca una tragedia endémica de este tipo», recalca el texto.

«Los fabricantes de tabaco siguen promoviendo despiadadamente un entretenimiento que matará al 50%, de los que adquieran el hábito. Lo mínimo que deberíamos hacer es encajar este 50% de mortalidad con un impuesto del 50%», concluye el trabajo.