El tabaco es nicotina, una droga adictiva que impide a millones de españoles dejar de fumar.

Desde el punto de vista de la salud, los motivos para dejarlo son muy claros, y algunos estudios estiman que una intervención para ayudar a los fumadores a abandonar su hábito podría ahorrar a la sanidad más de 380 millones de euros en 20 años.

Muchos fumadores empiezan cada año con la sana intención de apagar su último cigarrillo, pero el motivo más poderoso para intentarlo es el consejo médico.

Este consejo y una gran fuerza de voluntad pueden bastar, pero a menudo no es suficiente y hay que recurrir a otras vías frente a la adicción.

Una de las más extendidas son las terapias que emplean sustitutos de la nicotina, como chicles, parches, comprimidos o sprays de nicotina. Éstos consiguen tasas de abstinencia superiores al 25% entre los seis meses y el año de tratamiento.

También han demostrado gran efectividad frente al tabaquismo el hidrocloruro de bupropión,un medicamento que llega a simular los efectos de la nicotina.

Dada la importancia del problema, los centros hospitalarios suelen contar con unidades especializadas en el tratamiento del tabaquismo.

En ellas, así como en las clínicas, se ofrecen terapias de apoyo especializadas, que combinan tratamientos farmacológicos con técnicas de apoyo psicológico.

Además, existen vías secundarias como la hipnosis, la acupuntura o las terapias de aversión.

Los tratamientos no financiados

Alrededor del 98% de las personas que tratan de dejar de fumar sin ningún tipo de apoyo o tratamiento no lo consiguen, según un estudio realizado por el Ministerio de Sanidad.

Sin embargo, la ley de medidas sanitarias frente al tabaquismo que entrará en vigor en 2006 no contempla la financiación de los tratamientos para dejar de fumar por parte de las Administraciones Públicas.

Al menos, el Ministerio de Sanidad ofrece información asistencial en la web http://www.msc.es