El desfase entre la oferta y la demanda de tratamientos contra el Sida hace “inevitable” para los países en desarrollo el dilema de decidir quienes recibirán la terapia, indicó ayer un grupo de expertos estadounidenses.

En un artículo que publicó ayer la revista “American Journal of Public Health”, un equipo de investigadores que ha trabajado más de dos décadas en la lucha contra el VIH y el sida señaló que en el pasado “los más pobres” de los enfermos “han quedado marginados debido a la falta de planificación local adecuada».

“Los países donantes y los países en desarrollo deberían aprender de esos errores a medida que sigue creciendo el número de personas que requiere tratamiento”, advierte el equipo encabezado por el especialista en enfermedades infecciosas Jonathan Zenilman, profesor en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.

“Las autoridades sanitarias locales encaran la tarea difícil y nada envidiable de decir quién recibirá la terapia y vivirá, y quién no la recibirá y posiblemente morirá”, dijo Zenilman.

Añadió que “este dilema es inevitable porque el suministro será muy inferior a la demanda, a pesar de la naturaleza generosa y el creciente alcance de los esfuerzos de ayuda».

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, anunció en 2003 un Plan de Emergencia para el Alivio de SIDA que prevé el desembolso de más de 600 millones de dólares en medicamentos antirretrovirales para dos millones de personas.

Pero las autoridades sanitarias mundiales indican que la demanda en los países en desarrollo es mucho mayor y sigue creciendo, y que hay por lo menos 6.5 millones de personas que necesitan los medicamentos, y solo el 15% de ellas recibe alguna ayuda.

El artículo precisó que “la cifra de personas en los países en desarrollo que reciben terapia pasó de 400,000 en junio de 2004 a 700,000 en diciembre, pero eso es solo el 4 por ciento de las personas infectadas en India, el 5% en Etiopía y el 7% en Suráfrica».

Abbot rechaza quiebre de patente

El laboratorio estadounidense Abbott aseguró que “no existen bases legales” para que Brasil haya quebrado la patente del medicamento Kaletra –que integra el cóctel de antirretrovirales contra el sida– y así poder producirlo a menor costo.

“El gobierno de Brasil no tiene una base legal para emitir una licencia compulsiva para Kaletra invocando el interés público o una emergencia nacional”, afirmó un comunicado enviado por su representación en Brasilia a la AFP.

Abbott consideró que la quiebra de su patente, que le fue notificada el viernes, “no favorece a los pacientes brasileños porque antepone el deseo del gobierno de cortar sus gastos de salud a la necesidad de nuevos y mejores tratamientos”.

“Una licencia compulsiva (que da a Brasil el derecho a producir el medicamento aunque no cuente con el permiso de Abbott) tendrá significativas consecuencias negativas para futuros tratamientos para otras enfermedades, no sólo el HIV/sida”, afirma el texto.

Brasil declaró el viernes pasado “de interes público” el medicamento Kaletra y se lo notificó a Abbott, que dispone de un plazo de 10 días que comenzó el lunes para indicar si acepta esta disposición. De no aceptarla, Brasil podrá fabricar el medicamento como genérico, pagando regalías.

Brasil es el primer país que decide quebrar la patente de un medicamento antirretroviral. El país es referencia mundial en la lucha contra el sida, con un programa mediante el cual el Estado ofrece gratuitamente el cóctel antirretroviral a unos 170.000 pacientes.

El Kaletra es uno de los tres medicamentos más caros del cóctel antirretroviral (que cuenta con un total de 17). Sumados, estos tres medicamentos absorben 66% del presupuesto destinado al programa.

Se estima que en Brasil hay unas 600,000 personas afectadas por el VIH, el virus causante del sida.