El 20% de los menores de 18 años consume habitualmente hachís y, según advirtió ayer el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles, esta práctica supone un trampolín hacia la sustancias de diseño. El hachís es la droga más consumida en España, los adolescentes comienzan a tomarla con 15 años y, de ahí, pasan a ingerir las pastillas sintéticas entre los 16 y los 17 años.

Robles, que inauguró en Marbella la «Conferencia Europea sobre el Tráfico Ilícito de Cannabis», en la que están presentes los expertos policiales de toda Europa sobre el tráfico de esta sustancia, alertó además sobre otro dato inquietante puesto que más de la mitad de los jóvenes que consume hachís entiende que sus efectos no son perniciosos para la salud.

El representante estatal reprochó a los colectivos que apoyan la legalización de esta droga que llevan adelante una «deliberada política de confusión, puesto que nada tiene que ver el uso médico de esa sustancia» con el uso y abuso de la marihuana. «Estos mensajes llevan a los jóvenes a leer y escuchar cosas que les confunden y les lleva a pensar que no pasa nada si fuman porros», denunció.

Campañas de formación

Por esta razón, Robles abogó por explicar a los adolescentes, a través de detalladas campañas de información y prevención, los daños que acarrean su consumo puesto que «si una persona no percibe una sustancia como riesgo, tiene más tentación de probarla o consumirla habitualmente». En tales campañas, según Robles, habría que esclarecer que el empleo del cannabis con fines médicos está muy alejado del uso ilegal.

Este cónclave, que da cita a los representantes policiales de los quince países comunitarios, los países candidatos y la Europol, buscará estrategias comunes para erradicar el tráfico ilícito de hachís, que en España y durante 1999 llevó a las organizaciones criminales que operan en este ámbito a lograr unos ingresos de 715 mil millones de euros, unos 119 mil millones de pesetas.