Dos conductores de Ciudad de la Costa fueron los primeros en presentar tetrahidrocannabinol (THC, principio activo de la marihuana) en el organismo al ser sometidos a un control de rutina. A estos se les retiró la libreta y se les impuso una multa económica pero su tratamiento judicial será diferente al de los conductores alcoholizados: no concurrirán al juzgado de Faltas; a pesar de que fumar un porro genera un efecto similar a tomar un vaso de whisky, ya que la ley no lo prevé.

«Por el momento no está previsto que sea una falta», explicó Pablo Inthamoussu, secretario general de la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev). Si bien la Ley Nº 19.120 habla de «abuso de alcohol o estupefacientes», cataloga como falta a la «conducción de vehículos motorizados con grave estado de embriaguez» con niveles de alcohol en sangre superiores a 1,2 gramos por litro. No establece ninguna medición para el cannabis u otras drogas. Y, aunque lo hiciera, el dispositivo utilizado en el control solo indica si hay presencia de THC sin ofrecer una graduación.

El objetivo del organismo es transformar esta conducta al volante en una falta susceptible de una pena de siete a 30 días de trabajo comunitario pero, según señaló Inthamoussu, es una discusión que quedará para el próximo período de gobierno. «Hay que estudiar el tema para ver si la combinación de sustancias puede ser una falta», apuntó.

Álvaro Suárez, director general de Contralor de la Intendencia de Canelones, dijo a El Observador que los conductores bajo los efectos del cannabis deben ser derivados al juzgado de Faltas y, para ello, es necesario cambiar de modelo de dispositivo puesto que, el elegido por el Poder Ejecutivo (de origen alemán), resulta muy caro por ser desechable.

Además, el consumo de esta droga genera conductas perturbadoras que afectan el equilibrio, la coordinación, las sensaciones, la atención, la percepción de riesgos, la velocidad y la memoria. El presidente de la Unasev, Gerardo Barrios, había dicho que «conducir bajo los efectos de la marihuana incrementa entre dos y siete veces la probabilidad de sufrir un accidente en carretera».

Sanciones

El jerarca municipal confirmó a El Observador que dos jóvenes, visiblemente afectados por los efectos de la marihuana, fueron los primeros casos positivos registrados en todo el país. «No hubo ningún problema en los procedimientos», dijo. También se les practicó una alcoholemia, pero el resultado no sobrepasó el límite permitido por la normativa (0,3 gramos de alcohol por litro de sangre).

La sanción impuesta por la intendencia es el retiro de la licencia de conducir por un plazo mínimo de seis meses.

Suárez explicó que los sujetos serán enviados ante un médico y a un mínimo de tres sesiones con un psicólogo de la intendencia. Los profesionales analizarán en conjunto si la suspensión no debe prolongarse por un año o hasta dos años e, inclusive, si no amerita su suspensión definitiva.

La Intendencia de Canelones es la única del país que evalúa del punto de vista sanitario a los conductores alcoholizados y, a partir de ahora, a aquellos que presenten situaciones de abuso de estupefacientes, para conocer si están aptos para la renovación de su licencia de conducir.

Los infractores deben pagar también una multa económica. No obstante, la presencia de cannabis en el organismo todavía no tiene el valor de multa, por lo que se aplica la sanción correspondiente al valor mínimo estipulado para una alcoholemia positiva ($ 11.388). Inthamoussu recordó que algunas intendencias penalizan con una cantidad mayor según la gravedad del caso.

Los equipos para la detección de cannabis llegaron al país para el operativo de control durante la Noche de la Nostalgia. En esa oportunidad, la Unasev repartió 250 unidades entre las 19 intendencias. La compra total fue de 3.000 unidades. A Canelones se le entregaron 20 aparatos y ahora se le darán 50 más; además, se capacitó a 12 inspectores para su uso.

El organismo impulsará el próximo año la implementación gradual de los controles de otras drogas. El Polo Tecnológico de la Facultad de Química de la Universidad de la República ya está abocado al estudio de los diferentes métodos existentes en el mercado para detectar rastros de cocaína, metanfetaminas y benzodiacepinas. Un 8% de los conductores maneja siempre después de haber consumido alguna sustancia, según datos del Barómetro de Seguridad Vial 2014.