El tabaquismo es una enfermedad que afecta a 1.300 millones de personas en el mundo y a cinco millones de chilenos. Actualmente, no existen fármacos para prevenirlo y los destinados a reducir o poner fin al consumo de cigarrillos han tenido limitados resultados. Un panorama que podría cambiar cuando a fines de 2010 esté lista para su producción masiva la primera vacuna que promete liberar a los fumadores de la adicción a la nicotina.

Se trata de NicVAX, una vacuna desarrollada por el laboratorio norteamericano Nabi Biopharmaceuticals, compañía que pasó con éxito dos pruebas en humanos, está terminando la última y acaba de firmar un acuerdo con GlaxoSmithKline para su fabricación masiva.

Anticuerpos guardianes

Cuando las personas fuman, partículas de nicotina se alojan en sus pulmones, desde donde pasan al torrente sanguíneo. A través de él -y gracias a su pequeño tamaño- pueden ingresar al cerebro y depositarse en el núcleo accumbens, donde estimulan una mayor producción de dopamina, la hormona relacionada con el placer. Las personas necesitan volver a fumar para mantener su sensación de bienestar, lo que finalmente se convierte en una adicción.La vacuna promueve la producción de anticuerpos que se adhieren a la nicotina. Así aumentan el tamaño de esta partícula y le impiden traspasar la barrera que separa el torrente sanguíneo del cerebro, por lo tanto, no consiguen alojarse en él ni estimular la producción de dopamina. Así, si el paciente vacunado fuma, no sentirá bienestar.En los estudios realizados hasta ahora, la vacuna fue probada en personas que fumaban un promedio de 24 cigarrillos diarios, de los cuales un 50% de ellos dejó de fumar luego de someterse al programa de seis inyecciones. Un buen resultado si se compara con el 25% de efectividad que alcanza la variniclina o champix, el más efectivo de los tratamientos que actualmente se encuentran en el mercado.La efectividad del tratamiento estaría condicionada, en parte, por la respuesta inmune de las personas. Así, los pacientes con mayor capacidad para generar anticuerpos lograron mejores resultados que quienes produjeron menos cantidad.»Si la vacuna logra mantener su nivel de efectividad en las siguientes pruebas será un gran aporte», explica Felipe Rivera médico broncopulmonar del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, quien advierte que los medicamentos contra la adicción al cigarro no funcionan solos, sino que también requieren el apoyo de especialistas y la voluntad de concretar un cambio en el estilo de vida.En la misma línea está el neurobiólogo y académico de la U. Andrés Bello, Jimmy Stehberg, quien explica que los parches y píldoras para tratar la adicción al cigarro sólo reemplazan la nicotina por otras sustancias. «Quitan el hábito de tener el cigarro en la mano. Así te dan la sensación de que fumaste como 10 cigarros».

Eso, explica el especialista, no reduce la sensación de placer asociada a la nicotina, por lo tanto, la tentación de recaída puede ser mayor al finalizar el tratamiento. Una ventaja que tendría esta vacuna. «En ese sentido podría ser útil, pues al impedir que la nicotina ingrese al cerebro, reduce su poder adictivo», dice Stehberg.

Las otras armas contra el tabaco

Un estudio realizado por la Universidad de Duke, en Estados Unidos, constató que el 22% de los pacientes que utilizaron parches de nicotina lograron dejar de fumar. Así, los parches se ubican como el segundo tratamiento más efectivo contra la adicción al tabaco, detrás de la variniclina.Sin embargo, existen dudas sobre la seguridad de la variniclina, luego que la Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA) emitió en 2007 una alerta en la que advertía que el fármaco puede producir agresividad, depresión e ideación suicida.

También existen tratamientos de hipnosis para combatir el tabaquismo, pero su efectividad aún no ha sido comprobada mediante estudios científicos.