En el último año, el consumo de drogas ha aumentado en el país.

De acuerdo con estadísticas de la Comisión Nación Contra el Uso Ilícito de Drogas, Conacuid, y el Observatorio Venezolano de Drogas, en los centros de rehabilitación públicos y privados venezolanos se atendieron, hasta el año 2003, 7.322 casos de drogadicción, de los cuales 4.214 fueron de Caracas.

Según Hernán Matute, coordinador de la Cátedra Libre Anti-Drogas, del Pedagógico de Caracas, “el desempleo, el aumento de la deserción escolar y la crisis de valores que vive Venezuela son el caldo de cultivo en el que se desarrollan situaciones de consumo de drogas, y lo más grave es que en el país no tenemos contención”.

Ante la disminución en 50% de los factores de protección se ha impulsado la preparación de la población más vulnerable –los jóvenes– para el manejo de situaciones de consumo de drogas, mediante la activación de la Cliad, que bajo el emblema del lazo azul pretende llegar en octubre de este año a más de 150 escuelas del área metropolitana de Caracas, en las cuales desarrollará actividades de prevención y preparación de padres, maestros y estudiantes.

Situación alarmante

Matute dice que desde que se anunció que el programa comenzará a llevarse a cabo en el mes de octubre se triplicó la cantidad de escuelas interesadas en formar parte del plan de prevención.

Esto, sin duda, afirma el coordinador de la Cátedra LibreAnti-Drogas, “es una expresión de angustia y preocupación de las comunidades, frente a un problema que cada vez se agrava más y que afecta la salud, la seguridad pública y la educación.

Las estadísticas policiales demuestran que 7 de cada 10 delitos tienen por delante o por detrás a la droga”.

Los datos con los cuales trabaja la cátedra indican que los patrones de demanda y filiación a la red de consumo de drogas se han modificado en los últimos 10 años. “Un estudio, realizado entre 5.000 jóvenes estudiantes de 50 escuelas caraqueñas, reveló que 6 de cada jóvenes entre 11 y 25 años de edad ha tenido contacto con las drogas y que de cada 10 consumidores 6 se tranforman, en menos de 5 años, en vendedores”.

La combinación y uso de distintos tipos de drogas es otro de los datos que revela el estudio realizado por los expertos de la Cliad, que coincide con los datos de Conacuid de 2003: la marihuana, la cocaína y sus derivados como el crack y otros residuos, así como la heroína son las drogas que más se consumen.

Los datos también revelan que la mezcla de ellas, combinación conocida como “caballo”, figura entre las más utilizadas por los internos que van a los centros de rehabilitación.

Por su parte, el estudio de la Cliad indica que en los sectores populares de la capital se consume mayoritariamente residuos de drogas como el crack, mientras que en el este de la capital, en el municipio Baruta específicamente –uno de los más afectados por el consumo de drogas entre jóvenes en edad escolar–, la mayor demanda es de cocaína y otras drogas costosas.

Prevención y deportes

Matute señala que no se debe “estigmatizar al drogadicto”.

Para este experto la prevención es fundamental, sobre todo cuando se sabe que “la drogadicción no se cura, sólo se controla, y siempre y cuando no se regrese al nicho contaminante”.

Cree que es necesaria la creación de un centro metropolitano para la atención del fármaco dependiente, “que dé acopio a toda la población enferma que no puede ingresar a instituciones privadas, pues se debe tomar en cuenta que los costos de rehabilitación alcanzan los 2 millones de bolívares mensuales”.

El deporte y la educación como instrumentos disuasivos de estas adicciones, insiste Matute, deben estimularse y en el marco de la nueva Misión Barrio Adentro Deportes, anunciada hace pocos días por el presidente Chávez, el experto conmina a los médicos que ya llevan tiempo en los consultorios ubicados en los sectores populares a “mostrar los datos y contar su experiencia con el consumo de drogas a partir del contacto que tienen con la comunidad”. De la misma manera, el investigador recomendó que las políticas que se emprendan en este sentido sean organizadas y conjuntas, y señaló que el Ministerio de Educación y Deportes debe adecuar sus estructuras a las magnitudes del problema del consumo de drogas entre escolares.