En Cumaná, capital del oriental Estado Sucre en Venezuela, circula la invitación por la cual la ARQUIDIÓCESIS DE esa ciudad  la PASTORAL SOCIAL-CARITAS y la  FUNDACIÓN ESPADA DE DAVID, invitan a la inauguración de la nueva sede  para el centro que bajo su auspicio atiende a la prevención y tratamiento de adicciones.

En la invitación se lee: “Con sentimientos de profunda gratitud al Señor,  queremos invitarle a compartir con nosotros el feliz momento de la bendición y apertura de la nueva sede del Centro Ambulatorio de Prevención y Tratamiento de Adicciones (CAPTA), de la Fundación Espada de David, acto que tendrá lugar el próximo lunes 14 de febrero, a las 10.00 am, en la calle Bolívar Nº 3, diagonal a la Iglesia santa Inés” (La Iglesia de Santa Inés honra a patrona de la ciudad).  

La citada Fundación adelanta su labor sin distingos de condición social, credos y de ningún otro género, desde mayo de 2007, cuando según se lee  en la presentación del folleto contentivo de  las Normas de Tratamiento, la Iglesia Catedral Metropolitana de la capital oriental la fundó como  respuesta “a quienes solicitaban ayuda terapéutica por su dependencia de sustancias psicoactivas”.  Desde entonces hasta ahora esa ayuda  se ha prestado en espacios de la propia Catedral.

Las Normas de Tratamiento resultaron de la suma de experiencias de instituciones nacionales y extranjeras, y de abierta discusión y aportación de propuestas hechas por directivos, terapeutas, familiares y pacientes, desde julio de 2009. La actividad finalizó en un Taller y asamblea realizados en setiembre del mismo año en locales cedidos por la Cámara de Industria y Comercio de Cumaná.  La participación del conjunto todo de interesados volvió a demostrar  sus ventajas. El folleto “Normas” deja constancia de ese carácter de trabajo colectivo al no aparecer suscribiéndolo ninguna individualidad, ni grupo.   

El CAPTA reúne el Grupo, integrado por los pacientes,  con terapeutas del Equipo Técnico, cuatro veces a la semana, entre 6 y 8 pm, y realiza otra reunión de atención a sus  familiares. Su  Equipo Técnico,  encabezado por Pablo Castañeda, del que forman parte egresados de Trabajo Social, de Psicología, de Sociología, más algunos reeducados como el propio Castañeda, ha trabajado con suprema regularidad y esforzadamente, en una experiencia cuya realización misma y sus logros bien vale la pena que se dieran a conocer. Sobre todo en cuanto a la conformación de un modo de   acción que asegura alta integración entre pacientes y terapeutas, sostenida asistencia a las reuniones y cumplimiento de la abstinencia de consumo.

La Alianza Familiar (AF), que agrupa a los familiares de los pacientes, se reúne las noches de los jueves en igual horario.  Entre sus aportes ha puesto a prueba un sistema de ‘dirección de sesión’ por el  que se busca que no haya suspensión de ninguna reunión por inasistencia de quien la dirija. La idea se dio de modo espontáneo en 2009, y a mediados de 2011 se pasó a sistematizarla y fortalecerla.  A tal fin, mediante la rotación del desempeño de esa dirección (hoy un familiar, la semana siguiente otro) se eleva el nivel de participación, de responsabilidad  y conocimiento, con apoyo en una guía de sugerencias acerca de cómo hacer eficaz esa tarea de dirección. En las reuniones de la AF están presentes directivos, terapeutas y desinteresados profesionales colaboradores que también dirigen algunas sesiones. Lo cierto es que la AF registra experiencias de hondo calado humano, de ayuda, compresión y amor solidarios, por lo que es acentuado el nivel de e satisfacción  que expresan sus integrantes.  

Mucho hay  por organizar, mucho  por corregir y mejorar, así como recursos por lograr. Y mucho por contar y dar a conocer como resultados tangibles y comprobables. Por los momentos baste con esperar que en mejores condiciones para su labor la Fundación, hoy presidida por el Lic. Rodolfo Muñoz, y su vital CAPTA puedan avanzar hacia  una mejor y más extendida atención.  Para ello es clave una mayor participación y colaboración de la colectividad cumanesa.