Más que urdir las acostumbradas 500 palabras semanales, me gustaría reproducir el trabajo de Carolina Conde acerca de cómo deben hablar los padres a sus niños acerca del sexo, publicado en “El Nacional” este 6 de enero. ¡Magnífico regalo de Reyes. Pueden pedirlo a [email protected].
Es que se merece una honda reflexión personal y en el grupo familiar lo que allí se dice. Añadiría que lo relean como si tratara de cómo deben hablar los padres a sus niños acerca de las drogas. La propuesta de lectura va asimismo a educadores, trabajadores sociales y de la salud, a médicos y salubristas.
Hace tiempo –lo recordé leyendo a Carolina Conde– me pregunté qué sabía realmente yo acerca de las drogas. Debió ser por los 70, cuando en la universidad atendí a millares de jóvenes en Ciudad Bolívar, el Puerto, Caracas, Cumaná. Descubrí que no sabía nada y así seguí hasta que la vida me colocó en vivo y directo ante los daños del consumo abusivo de sustancias psicoactivas, de drogas, pues.
Y con mis hijos ¿hablar de sexo? Ni loco. Nunca. El tema era tabú, fuera y dentro de mí; no sabía cómo hacerlo y me parecía malgasto de plata y esfuerzos ir a algún especialista. Igual como sucedía y sucede a muchos padres que mejor se dejan de tonterías.
Oscar Misle, el infatigable psicoterapeuta que preside a “CECODAP por los derechos de la niñez y la adolescencia”, una organización de la que mucho podemos saber y aprender yendo a www.cecodap.org.ve, explicó a la periodista que “Hablar de temas relacionados con el sexo, de forma clara y directa, es la única manera de que niños y adolescentes desarrollen una sexualidad sana, y, además, identifiquen peligros a tiempo”. Añadió que muchos padres no hablan de sexo con sus hijos “para no despertarles el interés”.
Ese mismo tabú, tan desatinado pretexto se usaba y se usa con las drogas. Igual entre el común de la gente como entre gente “leída”. Y para colmo en centros de prevención por parte incluso de especialistas, de doctores.
Misle, por el contrario, refiriéndose a la cuestión del sexo, enfatiza que si los niños carecen del apoyo de sus padres, “sacarán sus propias conclusiones por informaciones -la mayoría distorsionadas– obtenidas por otras vías, como los amigos del colegio, la publicidad o Internet». En lo de las drogas, esas mismas serán las vías, más el propio microtráfico, que los entrampen diciéndoles que consumirlas no daña, que todo el mundo se droga menos los “gallina” y las pendejas”que no están en nada”.
Para completar las 500, insisto ante los padres en que lean a Carolina Conde, averigüen lo que hace Cecodap, y desde ya –que pa’ mañana es tarde–, antes que los agarren y los desgarren el cigarro, la caña, la marihuana o la coca, etc., dejarse de tonterías y decidirse a hablar con los hijos, procurando hacerlo bien o yendo adonde haya quien los oriente en este acosado Oriente.
Firmado: Silvio Orta Cabrera