Entrevista con Anya Sarang, coordinadora de la Red de Reducción de Daños de Europa Central y Oriental.

La Asociación Internacional de Reducción de Daños (IHRA) realizó su Conferencia Internacional número 15 en la ciudad de Melbourne, Australia, entre el 20 y el 24 de abril. Para conocer qué sucedió allí, interCambiando entrevistó a Anya Sarang, ganadora del prestigioso premio Rollestone. Anya es la coordinadora de la Red de Reducción de Daños de Europa Central y Oriental, participó de ese evento en Australia, y es una de las máximas referentes en problemas relacionados con el uso de drogas en Europa Central y Oriental.

En tu opinión ¿cuál fue el tema más importante tratado en la Conferencia realizada en Melbourne?

Para mí, como representante de la Región Este y Centro de Europa uno de los temas más importantes es asegurar el acceso igualitario al tratamiento antirretroviral para usuarios de drogas que viven con VIH.

Según lo tratado en la Conferencia ¿cuáles son los avances más importantes y cuáles los desafíos más urgentes para el movimiento de Reducción de daños?

Uno de los máximos avances y, al mismo tiempo sigue siendo un desafío, es consolidar el esfuerzo para influir sobre los actores políticos en el ámbito internacional. La conferencia es una de las herramientas, pero necesitamos trabajar en conjunto, por ejemplo, cuando hay un problema en Rusia, necesitamos apoyo de todo el mundo. En noviembre pasado se creó el comité estatal de control de drogas y anunció que los programas de reducción de daños pueden ser considerados contrarios a la ley, allí necesitamos una fuerte respuesta de todo el mundo.

Creo que un problema central en el trabajo de búsqueda de consenso por parte de quienes trabajamos en reducción de daños es la falta de intereses de los medios en nuestro trabajo.

Tenemos que focalizar esfuerzos y recursos para atraer a los medios y al público sobre temas relacionados con reducción de daños, derechos humanos y políticas de drogas.

En esta conferencia recibiste el premio Rollestone, que se entrega desde 1992 a quienes han realizado una importante contribución para la reducción de daños. ¿Qué significa para vos este logro?

Me asombró recibir este premio, que no creo merecer en forma personal, incluso me resistí a aceptarlo. Lo acepté como un premio a todas las personas con las que trabajo y a los miembros de la CEEHRN (la red de reducción de daños de Europa Central y Oriental).

¿Cómo evaluás los cambios a la ley de drogas de Rusia? (ver abajo)

Esos cambios son muy buenos y estoy orgullosa de mi gobierno por realizar esos cambios tan importantes en el código criminal pese a la gran resistencia que ejercieron los partidarios de la mano dura y quienes ven a los usuarios de drogas como un grupo social descartable. Desde la perspectiva de reducción de daños y la prevención de VIH son cambios muy positivos que
facilitan nuestros esfuerzos. Uno de los principales impedimentos para trabajar en reducción de daños en el ámbito local fue el miedo de los usuarios de drogas para caminar por las calles y repartir jeringas limpias, ya que sólo por los restos de drogas que había en las jeringas podían ir a la cárcel por varios años. Ahora con la nueva legislación va a ser más difícil que la policía pueda acusar a usuarios de drogas que ayudan a otros usuarios llevándoles atención y ayuda a lugares donde otros servicios no llegan.

Otra consecuencia importante es que miles de personas van a ser liberadas de prisiones en las que estuvieron por varios años por hechos no violentos relacionados con drogas. Las cárceles son lugares donde mucha gente contrae VIH o destruyen su salud por las terribles condiciones, superpoblación y ausencia de normas sanitarias mínimas. Hoy hay, según cifras oficiales, más de 35.000 personas que viven con VIH en prisiones rusas, muchos se contagiaron allí mismo y otros que contrajeron VIH salieron de prisión sólo para morir de sida por falta de atención médica.
Si la situación en las prisiones se normaliza, va a disminuir la cantidad de gente que vive con VIH allí. Pero también significa que los servicios civiles tienen que estar listos para recibir una enorme cantidad de gente que va a ser liberada, y vamos a necesitar ayuda médica y protección social.

¿Qué lecciones aprendieron en este proceso de trabajo en busca de consenso?

Yo aprendí una lección muy importante: un pequeño grupo de gente no puede hacer todo, pero si su trabajo involucra a distintos intereses y grupos de personas, puede tener éxito. Puede parecer un lugar común pero el proceso de la reforma de políticas de drogas para mí fue una clara lección de esto.Otra lección que aprendí es que mi gobierno puede tomar decisiones sensibles y razonables pese a la presión histérica de la opinión pública. Esa fue una novedad muy alentadora
y para expresar nuestro respeto a esa decisión y para apoyarla, la red de reducción de daños de Europa Oriental y Central le envío una carta al primer ministro y a otros miembros del gobierno.

Texto publicado originalmente en el Boletín Intercambiando Nº 6, Junio 2004.

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