Descripción

El cannabis es una planta cuyo principal componente psicoactivo es el D9-tetrahidrocannabiol (THC). Otros componentes psicoactivos importantes son el CDN con capacidad alucinógena o enteógena y CBD con propiedades relajantes. La proporción de THC. CDN y CBD, puede variar dependiendo de factores tales como: la planta, el clima, el terreno, la cosecha y partes de la planta que se han utilizado. La proporción de los principios activos que contenga la planta y las combinaciones entre ellos determinará el efecto de ésta.

El cannabis puede encontrarse en tres formatos:

HACHÍS: Se elabora prensando la resina de las flores de la planta hembra (cogollos). La resina tiene un color marrón y se presenta en bloques, formando una bola o placa.

MARIHUANA: Flores y hojas de la parte superior de la planta hembra.

ACEITES:  preparado mediante la destilación de la planta en disolventes orgánicos.

¿Cómo se usa? / Consumo

Fumada: es la forma más habitual, habitualmente mezclado con tabaco, aunque también se puede fumar la marihuana directamente.

Con vapeadores: los efectos aparecen a los pocos minutos y desaparecen a las 2 o 3 horas, dependiendo de la tolerancia de cada persona. Esta forma de consumo puede producir efectos más intensos porque mejora la absorción del THC.

Oral: el cannabis puede consumirse en forma de pasteles, galletas, bizcochos, etc. En este caso hay que tener en cuenta que los efectos pueden tardar en aparecer hasta una hora y media y pueden prolongarse de 5 a 8 horas. La absorción del aparato digestivo es mucho más impredecible que en la via fumada/vaporizada.

Efectos

El cannabis es un depresor del SNC, aunque dependiendo la concentración de principios activos puede presentar efectos alucinógenos y/o depresores.

Efectos deseables:

Con el consumo moderado puede provocar:

 

  • Bienestar / Relajación
  • Desinhibición
  • Risa fácil (Hilaridad)
  • Facilidad de palabra (locuacidad)
  • Alteraciones sensoriales
  • Mayor sensibilidad a los estímulos

 

Efectos fisiólogicos

  • Aumento del apetito
  • Sequedad de la boca
  • Ojos brillantes y enrojecidos
  • Taquicardia
  • Sudoración
  • Somnolencia
  • Descoordinación de movimientos

Efectos negativos

El consumo habitual provoca una serie de daños orgánicos y psicológicos:

El hecho de fumarse sin filtro, aspirando profundamente el humo, reteniéndolo en los pulmones y apurándolo hasta el final, favorece enfermedades como la bronquitis crónica, el enfisema pulmonar o el cáncer de pulmón. Además, su efecto broncodilatador potencia la absorción de sustancias tóxicas.

Altera el sistema cardio-circulatorio, provocando taquicardia, por lo que las personas con hipertensión o insuficiencia cardíaca pueden sufrir un empeoramiento de su sintomatología.

Existen datos que indican que podría haber un aumento de la incidencia de depresiones y psicosis por el consumo crónico de esta sustancia.

El impacto psicológico del consumo de cannabis tiene una especial relevancia, dado que quienes lo utilizan principalmente son los jóvenes. Provoca dificultades para estudiar, al disminuir las funciones de atención, concentración, abstracción y memoria, obstaculizando, por tanto, el aprendizaje. Puede causar reacciones agudas de ansiedad y, en personas con predisposición a padecer trastornos mentales, puede provocar la aparición de estos trastornos o agravar los que ya se padecen.

Cada vez hay más datos que demuestran el efecto perjudicial del consumo de cannabis asociado a la conducción de vehículos, especialmente si se combina con alcohol, lo que hace que aumente el riesgo de accidentes.

Cannabis y Psicosis

El consumo de cannabis puede dar lugar a varios tipos de trastornos mentales, entre los que se incluyen los trastornos psicóticos. Su consumo aumenta más de cinco veces el riesgo de padecer psicosis a lo largo de la vida. Cuanto antes se comienza a consumir y más frecuente es el consumo, mayor es el riesgo.

Reducción de riesgos 

  • Infórmate de la composición de lo que estás fumando. Hoy en día hay mucha información disponible sobre los efectos de cada tipo de planta y la combinación que lleva lo que compras.
  • Fíjate en cuánto fumas, observa los efectos que te está produciendo en cada momento para valorar si es necesario fumar más o harías bien en parar.
  • El humo daña tus pulmones, utiliza filtros o vaporizadores para evitar daños mayores.
  • Hay actividades que son peligrosas si vas fumad@. No conduzcas o otras situaciones que te pongan en riesgo a ti o otras personas.
  • Evita hacerlo con frecuencia. Cuanto más a menudo, más cantidad y más efectos en el cuerpo. Puedes darte descansos si ves que se te va de las manos.
  • ¡Evita las mezclas, tienes más riesgos de tener una pálida!
  • Ten cuidado con los pasteles! A veces pensamos que no nos ha subido porque tarda mucho más y seguimos comiendo. Y de repente, todo sube de golpe! Deja tiempo para ver que pasa.

Puedes ampliar esta información en la web de Energy Control o en la web del Plan Nacional sobre Drogas.

 

Legislación

La legislación sobre el cannabis varía entre países y se aplica de manera diferente según el uso que se le dé (medicinal, recreativo o industrial). A continuación, se describe el marco legal en distintos niveles:

A nivel europeo:

  • Uso medicinal: Aunque no existe una regulación unificada para el cannabis medicinal en la Unión Europea, el Reglamento (CE) 726/2004 permite la autorización de medicamentos a base de cannabis en algunos Estados miembros, tras su evaluación por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Países como Alemania, Italia y Portugal permiten su uso bajo prescripción médica.
  • Cannabis industrial (cáñamo): El Reglamento (UE) 1307/2013 establece que el cultivo de cáñamo con un contenido de THC inferior al 0,2% es legal y puede recibir ayudas de la PAC (Política Agraria Común).

En España:

  • Uso medicinal: Actualmente, el uso de cannabis con fines medicinales está regulado de manera limitada. Algunos medicamentos derivados del cannabis, como el Sativex, están aprobados bajo prescripción médica para tratar ciertos síntomas en enfermedades como la esclerosis múltiple.
  • Uso recreativo: El consumo privado de cannabis no está penalizado, pero su comercialización, cultivo y posesión en espacios públicos siguen siendo ilegales según la Ley de Seguridad Ciudadana. Las asociaciones de cannabis operan en un vacío legal, permitiendo el cultivo colectivo para el consumo privado.
  • Cannabis industrial: El cultivo de cáñamo industrial con un contenido de THC inferior al 0,2% está permitido, aunque sujeto a regulaciones estrictas sobre su uso y comercialización.

En otros estados miembros:

  • Uso medicinal: Países como Alemania, Países Bajos y Luxemburgo han implementado normativas que permiten el uso medicinal del cannabis bajo prescripción médica. Otros, como Francia, aún tienen regulaciones más restrictivas.
  • Uso recreativo: Algunos países han legalizado o despenalizado el uso recreativo del cannabis. Por ejemplo, en Países Bajos, su venta está permitida en «coffeeshops» bajo ciertas condiciones, mientras que en Luxemburgo se ha aprobado su legalización total.

Todos los estados miembros de la UE deben seguir las regulaciones armonizadas en cuanto al cultivo de cáñamo, pero las legislaciones nacionales varían ampliamente en cuanto al uso recreativo y medicinal del cannabis.

 

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