Casi todos los países del mundo han firmado los tratados internacionales que prohíben la produc­ción, distribución y posesión de cannabis. No obstante, algunos han ido despenalizado el uso de estas drogas, llegando incluso a desarrollar formas de legalización atenuada. El caso más conocido es el de Holanda, que implementó una legalización de facto desde 1976.

Sin embargo, estas ten­dencias se han mantenido al margen del sistema internacional prohibitivo, que ha liderado Estados Unidos desde sus inicios. Sorprendentemente, en la última década algunos países americanos han desarrollado importantes procesos para despenalizar el uso y legalizar la producción y venta de marihuana y sus derivados. Estos cambios legales se restringieron inicialmente a los usos terapéu­ticos y paliativos, pero recientemente han involucrado también el uso libre o “recreativo”.

En este artículo se revisan brevemente los procesos de legalización que han tenido lugar en Uruguay, Canadá y Estados Unidos, así como los principales factores que pueden haberlos facilitado. Luego se repasan los efectos ya perceptibles de estos cambios en lo que concierne a los niveles y patrones de consumo, la percepción pública de los riesgos y la transformación de los productos cannábicos y sus formas de administración. También se revisa los datos disponibles sobre el impacto de estos procesos en el uso de otras drogas, los accidentes de tráfico, las intoxicaciones y la delincuencia.

Finalmente se plantea cómo estos experimentos americanos pueden afectar al estatus legal y las políticas dominantes en Europa con respecto a las drogas ilegales más demandadas.

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Autoría del artículo científico:

Arturo Alvarez-Roldan; Juan F. Gamella; Iván Parra