COMPRENSION PARA... MI ALCOHOLICO.

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Drako
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Registrado: 29 Sep 2008 11:59

COMPRENSION PARA... MI ALCOHOLICO.

Mensaje por Drako »

Después de siglos de catalogar el alcoholismo como una flaqueza moral, actualmente la opinión médica la considera como una enfermedad, la cual, al igual que la diabetes, puede ser controlada, pero no curada.
Al principio, puede ser que la persona controle sus tragos, pero una vez que la tolerancia al alcohol se ha instalado en el bebedor, ya no le es posible controlarse por sí mismo. La tolerancia es el proceso por el cuál la persona necesita cada vez más alcohol
para seguir obteniendo los “beneficios” de aquella primera copa.
Como el alcoholismo es una enfermedad, resulta inútil acusar a los alcohólicos de falta de fuerza de voluntad, o rogarles que desistan de hacerse daño a sí mismos y perjudicar su carrera, sus negocios o a su familia.
Tampoco los familiares del alcohólico deben sentirse culpables, pues no causan la enfermedad ni tampoco pueden curarla.
Pueden tratar de comprender que la ira y el resentimiento engendran ira y resentimiento, y a menudo proporcionan una excusa para beber más.
El amor y la comprensión son la mejor ayuda. Pero el amor y una actitud comprensiva no presuponen que siempre se haya de ser blando, que se van a permitir las recaídas, o que se vaya a adoptar una actitud protectora. Proteger al alcohólico de las consecuencias del hábito de beber no es ayudarlo; eso mismo puede impedir que él se dé cuenta de su problema con la bebida y de su necesidad de ser ayudado.
Cuanto antes el alcohólico comprenda la naturaleza de su mal, tanto más pronto estará en el camino de su recuperación. En muchos casos necesitan “tocar fondo” antes de mostrar un verdadero deseo de abandonar la bebida.
Debe de estar dispuesto a admitir que no puede afrontar solo su problema. Tiene que desear la sobriedad por sí mismo, y no por complacer a nadie más.
Es sumamente difícil para los allegados al alcohólico abstenerse de reprender o importunar; quisieran ayudarlo, pues están ansiosos de llevar una vida constructiva. Muchos creen que la forma mejor de ayudar consiste en tomar la firme determinación de no proteger demasiado al alcohólico de los resultados negativos de su hábito de beber; esto con frecuencia le fuerza a enfrentar su problema en forma realista. Por el contrario, si puede depender de alguien para que lo saque de apuros, no tendrá suficiente incentivo para esforzarse.
Dos factores merecen ser destacados. El primero es que pocos alcohólicos pueden ser considerados casos perdidos, aún cuando el enfermo se encuentre en serias dificultades.
Mientras el alcohólico retiene todavía alguna habilidad para comprender la naturaleza de su mal y mientras puede hacer algo para remediarlo, hay razón para esperar que pueda recuperarse. Esa ha sido la experiencia de muchos miles de alcohólicos que han conseguido la sobriedad y la vida con la ayuda de los grupos de terapia.
El segundo hecho es que el alcoholismo no hace excepción de sexo: tanto hombres como mujeres “gozan del privilegio” de contraer la enfermedad y en las mismas condiciones.
No todos los alcohólicos tocan fondo en una misma etapa de la enfermedad. Algunos reconocen a tiempo que se encaminan hacia la catástrofe prevista y empiezan a buscar asistencia. Otros alcohólicos no son tan afortunados. Caen más y más en sus borracheras antes de que les sea posible admitir que no pueden controlar el alcohol.
Un alcoholico en recuperacion es un diamante en bruto; contemplarlo camino de su liberacion y de su paz, es contemplar una vida que palpita, que se arremolina, que se estremece, que se agita; es contemplar la vida que vibra y ama, es contemplar la VIDA.