La alerta en Francia por los efectos adversos de la inhalación de óxido nitroso lleva al Senado a vetar su acceso a menores. En nuestro país el uso lúdico del gas hilarante está restringido, pero se vende en las calles e Internet.

En el paseo marítimo de Sant Antoni, en Ibiza, uno puede pillar un buen globo por muy poco dinero. Basta con comprárselo a los muchos vendedores ambulantes que los ofrecen a plena luz del día. Dos o tres globos de los de verdad rellenos con óxido nitroso cuestan entre cinco y diez euros, y son la monda. Basta con inhalar el gas del interior para que a uno le entre la risa durante unos tres minutos. No es mucho pero, para el precio que cuesta, ya es bastante.

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