El uso de la metanfetamina provoca la acumulación de fibras proteicas duras en el músculo cardiaco, lo que puede ayudar a explicar el desarrollo de los corazones agrandados y la insuficiencia cardíaca en los usuarios de este estimulante ilegal, según una investigación preliminar presentada en las Sesiones Científicas de Ciencias Cardiovasculares Básicas 2019 de la Asociación Americana del Corazón.

La metanfetamina, también conocida como ‘meta’, es una droga estimulante extremadamente adictiva y de la que se abusa habitualmente, con 1,6 millones de estadounidenses usuarios en 2017.

Informes anteriores de autopsias de algunos usuarios de metanfetamina han documentado lesiones en las células del corazón, cicatrización del músculo cardiaco y agrandamiento del mismo. Los estudios actuales fueron diseñados para comparar sistemáticamente los resultados de la autopsia en usuarios y no usuarios de metanfetamina y buscar los mecanismos por los cuales el medicamento podría crear problemas cardiacos.

«Nuestro objetivo es descubrir un mecanismo fundamental de toxicidad de la metanfetamina para encontrar una forma de tratar las enfermedades del músculo cardiaco asociadas con el uso ilícito de este estimulante», explica el doctor Shenuarin Bhuiyan, autor principal del estudio y profesor asistente en el departamento de patología y patobiología traslacional en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Estatal de Louisiana-Shreveport, en Estados Unidos.

Los investigadores utilizaron muestras de corazón obtenidas en la autopsia de 32 usuarios crónicos de metanfetamina (en su mayoría hombres caucásicos, de 38 años de media) que murieron por sobredosis o por heridas de bala, ahorcamiento, lesión por fuerza contundente, heridas por arma blanca o problemas repentinos de corazón o pulmón.

Estos datos se compararon con muestras de cinco usuarios que no consumían sustancias y que también murieron repentinamente por disparos, ahorcados, por lesiones por fuerza contundente o por coágulos de sangre en los pulmones.

En comparación con las muestras de no usuarios, las muestras de la cámara de bombeo principal del corazón (ventrículo izquierdo) en usuarios de metanfetamina mostraron un aumento de los depósitos de colágeno (fibras proteicas rígidas) alrededor de los vasos sanguíneos y acumulación de colágeno en todos los espacios entre las células del músculo cardiaco.

«Independientemente de la causa de la muerte, encontramos que la metanfetamina tiene profundos efectos nocivos en el sistema cardiovascular y tiene como resultado un daño irreversible en el corazón, lo que aumenta el riesgo de un ataque o paro cardiaco repentino e insuficiencia cardíaca», explica –dice doctor Chowdhury S. Abdullah, coautor principal del estudio y becario postdoctoral en el laboratorio del doctor Bhuiyan.

El experto recomienda que «los centros de rehabilitación para usuarios de metanfetamina deben monitorizar rutinariamente la función cardiaca y buscar signos de insuficiencia, ya que la detección temprana de problemas cardiacos podría evitar un mayor deterioro del corazón. El control –añade– debe continuar incluso después de que las personas hayan dejado de tomar el medicamento».

Los investigadores encontraron depósitos de colágeno aumentados de manera similar en ratones expuestos a metanfetamina en comparación con aquellos que no lo estaban. Los estudios en ratones también indicaron que la metanfetamina puede conducir a cambios estructurales en el músculo cardiaco al inhibir un receptor específico en el corazón, lo que sugiere un posible mecanismo para prevenir el daño cardiaco inducido por metanfetamina en el futuro.

El estudio está limitado al usar solo muestras de autopsia, por lo que los investigadores no pudieron determinar cómo las diferencias estructurales que documentaron en los usuarios de metanfetamina podrían afectar específicamente los análisis de sangre y la función cardíaca. «Necesitamos estudiar más a fondo la función cardíaca y los parámetros bioquímicos de la sangre en usuarios de metanfetamina y compararlos con los de otros usuarios y no usuarios de sustancias», concluye Bhuiyan.

Nota: artículo original publicado en infosalus.com