El uso de cannabidiol (CBD) para fines terapéuticos es fuente de controversia. A pesar de que su empleo para el tratamiento de diferentes patologías como la ansiedad, el estrés, el insomnio o algunos dolores crónicos es cada vez más extendido, la evidencia científico y clínica sobre los efectos de este componente de la planta del cannabis es todavía limitada. La Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró en el año 2017 que el CBD sólo ha demostrado ser un tratamiento eficaz en algunos tipos de epilepsia, tras la realización de varios ensayos clínicos, ya que la investigación sobre su utilidad para otras enfermedades está menos avanzada.

Diferentes estudios han demostrado los efectos positivos del cannabidiol en el tratamiento de ciertos tipos de epilepsias refractarias – epilepsias cuyas crisis no ceden ante el uso de fármacos antiepilépticos disponibles-. No obstante, explica Ángel Aledo Serrano, neurólogo, epileptólogo y director de neurología clínica de los hospitales Vithas Madrid, «se debe tener precaución y siempre usarlo con la prescripción y monitorización de un neurólogo».

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