El craving en el alcoholismo es el deseo intenso, irrefrenable, de beber cuando se ha desarrollado adicción al alcohol. Se trata de una sensación que experimentan todas las personas que sufren una dependencia patológica en relación con una sustancia o comportamiento cuando intentan dejarla: una necesidad biológica de volver a consumir.
Este mecanismo interno es el que dispara la compulsión que caracteriza a toda conducta adictiva. Y que Romina, una persona alcohólica en recuperación atendida por la red Adictalia, expresa como un “no poder parar, no poder pisar el freno”. Es el sentimiento que la llevaba a beber un tercio tras otro, aun cuando era consciente de que su vida familiar, laboral y social se había ido a pique y su salud pendía de un hilo.
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