Redacción-

El programa de consumo supervisado de drogas en la prisión de Drumheller, de Canadá, funciona desde junio de 2019 y sigue siendo el único que opera en Canadá y en todo el mundo. Pero los buenos resultados del programa han abierto la puerta a que se abran dos salas de consumo supervisado en otras dos cárceles del país, la Institución Springhill en Nueva Escocia y la Institución Collins Bay en Ontario.

Los guardias de la prisión de Drumheller inicialmente se opusieron al programa.  Pero James Bloomfield, presidente regional del Sindicato de Oficiales Correccionales Canadienses, dijo que el programa ahora se ve como «absolutamente positivo» y que están presionando para que este modelo reemplace los programas de intercambio de agujas en las prisiones.

Algunas personas entrevistadas para el estudio de 2020, que evaluó los resultados del programa, compararon las salas de consumo supervisado con los programas de intercambio de jeringuillas. Las personas entrevistadas dijeron que las salas eran más beneficiosas porque disminuyeron la estigmatización de las personas que usan drogas, aumentaron la seguridad de los oficiales y los prisioneros, y transfirieron de manera más apropiada la responsabilidad a los proveedores de salud, no a los guardias.

El estudio mostró que 30 reclusos utilizaron el servicio 798 veces entre julio de 2019 y febrero de 2020. No se registraron muertes por sobredosis, pero un participante sufrió una sobredosis no fatal fuera del horario de atención. Por ello, ahora en el centro de Drumheller se plantean ampliar el horario de 7:00 a 19:00.

 

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