El movimiento cannábico, que defiende una regulación del cannabis con justicia social y con perspectiva feminista y ecológica, tiene una trayectoria de más de tres décadas en el estado español. Su actividad ha tenido diferentes aspectos: desde la elaboración de estudios y propuestas al impulso de iniciativas prácticas como los clubes sociales de cannabis; desde concentraciones reivindicativas a mociones en parlamentos autonómicos.

Desde 2015, la ley Mordaza, que empeoraba la ley Corcuera promulgada en plena epidemia de heroína, supone cientos de miles de sanciones cada año por posesión de estupefacientes (176.604 en 2018, la gran mayiría por cannabis). Y hay más daños sociales: personas presas, sistema policial…

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