Es un hecho que abandonar el hábito tabáquico provoca ansiedad en el que lo intenta. Las embarazadas son un grupo especialmente sensible al tabaco por motivos obvios, pero es fácil escuchar con relativa frecuencia que la ansiedad por dejar de fumar tiene efectos más perjudiciales sobre el feto que un cigarrillo en sí.

«Que la ansiedad por dejar el tabaco es peor que fumar pocos cigarrillos en el embarazo es una idea falsa y obsoleta», zanja en una entrevista con Infosalus la ginecóloga del Hospital Vithas La Salud (Granada), la doctora Carmen Navas.

«Para algunas mujeres es muy difícil suspender el tabaco, puesto que este hábito se convierte en una adicción que al suspenderse crea síndrome de abstinencia. Sin embargo, la ansiedad que provoca esta abstinencia no perjudica el adecuado desarrollo del embarazo», agrega la doctora Navas.

Por otra parte, tampoco existe un nivel seguro de cigarros durante el embarazo. El tabaco tiene la particularidad de que, en la dosis que sea, «atraviesa con facilidad la placenta y, por tanto, llega con todos sus agentes tóxicos al torrente sanguíneo y a los tejidos del bebé», explica la ginecóloga del Hospital Vithas La Salud, que cifra el porcentaje de mujeres españolas que aún fuman durante el embarazo entre el 15 y el 20 por ciento.

Por lo tanto, «hasta una simple calada permite que todos los tóxicos que contiene dicho cigarro, incluso aquellos componentes que sabemos que son cancerígenos, pasen con facilidad a la sangre del bebé», insiste la experta.

De esta forma, «por poco que se fume durante el embarazo, programaremos los tejidos y los órganos del bebé con sustancias tóxicas que condicionarán la aparición de enfermedades en la infancia y en la vida adulta del individuo», concreta la doctora Navas, que hace hincapié en que «el único nivel seguro de tabaco es no fumar ni estar expuesto de forma pasiva al humo de los cigarrillos».

Se sabe que los perjuicios de fumar durante el embarazo son muchos. «Múltiples estudios confirman que existe mayor riesgo de prematuridad y de retraso de crecimiento en los recién nacidos de padres fumadores», apunta la ginecóloga. Esta circunstancia lleva aparejada «mayor mortalidad y aparición de otras enfermedades a lo lardo de la vida de la persona expuesta dentro del útero», completa la doctora Navas.

Además, «los recién nacidos de padres fumadores tienen el doble de riesgo de padecer muerte súbita del lactante», agrega la ginecóloga, que también enumera la posibilidad de que estos niños padezcan «asma e infecciones respiratorias con más facilidad».

Continúa la doctora Navas con ciertas «malformaciones congénitas, como el labio leporino, o algunas anomalías cardíacas son más frecuentes en bebés de padres fumadores». En última instancia, «si la madre fuma mucho, el recién nacido puede presentar síndrome de abstinencia tras el nacimiento, con mayor grado de irritabilidad.

Sugerencias para dejarlo

La doctora Navas proporciona una serie de sugerencias para abandonar el hábito tabáquico durante el embarazo. En primer lugar, «antes de suspender el tabaco, es bueno repasar en la mente los grandes beneficios para el bebé y para sí misma», explica la ginecóloga.

Después, acciones como «marcarse un día concreto para dejar el tabaco, comunicarlo a quienes la rodean y preparar ese momento eliminando todo aquello que le recuerde su hábito de fumar» también ayudarán, según la doctora del Hospital Vithas La Salud.

Por otra parte, otras cosas que pueden llevarse a cabo incluyen «evitar exponerse a lugares o entornos que favorezcan el tabaquismo, hidratarse mucho a lo largo del día y aumentar la frecuencia de ingesta de alimentos bajos en calorías», completa la doctora Navas, que en cuanto a evitar la ingesta de alimentos excesiva aconseja «buscar alguna actividad física que resulte agradable y reproducible a lo largo de todo el embarazo».

La experta confirma que en el caso de las mujeres muy fumadoras será necesaria la ayuda médica para dejarlo. Ésta «puede ser prestada por su médico de cabecera a través de los programas de ayuda establecidos por el sistema sanitario, o por su matrona u obstetra, dedicando el tiempo suficiente a explicar los beneficios de suspender el tabaco para el bebé y para su propia persona», especifica.

Por último, «el compromiso de la pareja y de aquellos que rodean a la mujer que debe suspender el tabaco es fundamental», resalta la doctora Navas, que recuerda que, «tanto los profesionales como todos aquellos que rodean a una mujer embarazada fumadora, debemos concienciar, animar y apoyar a dicha mujer para conseguir el objetivo de tabaco cero».

Nota: artículo original publicado en infosalus.com