Un 15% de la población española de entre 15 y 64 años, y un 11% de los adolescentes (14-18 años) piensa que consumir cannabis no tiene consecuencias sobre la salud (EDADES y ESTUDES 2022). Esta baja percepción de riesgo sumado a fuentes de información poco fiables o directamente de movimientos procannabis con intereses comerciales, dificulta que la población tenga acceso a mensajes de salud creíbles y basados en evidencia científica.

Los profesionales de las adicciones, que estos días se reúnen en Granada en las L Jornadas Nacionales y 5th International Congress de Socidrogalcohol, muestran su preocupación respecto al consumo de riesgo de esta sustancia. Hugo López, vicepresidente de Socidrogalcohol y psiquiatra en el Hospital Clínic de Barcelona, explica que el consumo de riesgo “es el patrón de consumo de sustancias, en este caso cannabis, que aún no padeciendo un trastorno por consumo de la misma ni las consecuencias sobre la salud física, mental o sociales, entraña un alta probabilidad de presentar dichas consecuencias o trastorno en un futuro”.

Mercé Balcells, miembro de la junta directiva de Socidrogalcohol y psiquiatra del Hospital Clínic de Barcelona, matiza que “el consumo de riesgo se define en función de la cantidad y frecuencia”. Un grupo de expertos, en los que participan ambos profesionales citados, ha consensuado que  el consumo de 5 o más porros a la semana implica un consumo de riesgo.  Y que además  existen poblaciones en las que cualquier consumo, por poco frecuente e intenso que sea, implica un riesgo significativo para la salud, por ejemplo, menores de 21 años, embarazadas y mujeres lactantes, personas que padecen enfermedades físicas (problemas cardíacos y respiratorios entre otros) o mentales (psicosis, depresión, trastorno bipolar, trastornos de ansiedad, adicción, entre otros)”.

“Además, cualquier consumo de cannabis de más del 10% de THC es un consumo de riesgo, así como el conducir bajo los efectos del cannabis o hacerlo si existen antecedentes familiares de trastornos mentales.  El consumo de cannabis junto con otras drogas, incluyendo alcohol, también implica un consumo de riesgo”, ha argumentado el doctor López. Una de las principales preocupaciones de los profesionales es precisamente el consumo de cannabis de alta potencia en edades tempranas. Y es que el contenido de THC (componente con potencial adictivo) es ahora más potente que hace 20 años. Un porro de hoy contiene la misma cantidad de THC que cuatro porros de hace 20 años. Preocupa también El consumo de cannabis en adolescentes, adultos jóvenes y personas con problemas de salud mental. El pronóstico de futuro indica que se verán persona con trastorno por uso de cannabis de mayor edad y con problemas cardíacos o pulmonares.

La prevención es clave para que la población conozca los riesgos reales del consumo: “La prevención tiene que ser universal (para toda la sociedad), basada en la evidencia y alejada de discursos sensacionalistas. En definitiva, debe ser creíble, coherente y sólida. La prevención en grupos específicos de población, jóvenes o personas con problemas de salud mental, por ejemplo, tiene un papel relevante”, explica Balcells. A lo que López añade: “Debe mejorar la alfabetización en salud y cannabis, es decir, la capacidad de adquirir información fehaciente y útil, e integrarla en el sistema de pensamiento propio.  También es necesario mejorar las condiciones de vida que predisponen a padecer una vulnerabilidad al consumo de sustancias, en este caso cannabis, así como reducir los estímulos externos que favorecen el consumo de cannabis”.

Cabe recordar que España es el país de la UE con mayor consumo de cannabis en el último mes (9% de la población) y junto a Luxemburgo y Portugal, uno de los países con mayor porcentaje de usuarios diarios o casi diarios de cannabis, el patrón de consumo de mayor riesgo. La edad media del inicio de consumo de cannabis está por debajo de los 15 años, una edad en la que el cerebro está en pleno desarrollo y donde el consumo puede ser más perjudicial.  Un 14,2% de los españoles de entre 15 y 34 años ha consumido cannabis al menos una vez en el último mes, cifra que sube al 15,9% entre los 15 y 24 años. Es la prevalencia más elevada de toda la Unión Europea.

¿QUÉ HAY QUE TRASMITIR A LA POBLACIÓN?

  1. El consumo de cannabis no es inocuo. Aunque se haya planteado su utilidad como tratamiento para algunas dolencias, los fármacos utilizados fuera de la prescripción y el control facultativo también suponen un riesgo para la salud, y en este caso además la evidencia de su utilidad es escasa.
  2. Las personas con problemas de salud mental empeoran su bienestar y su patología con el consumo de cannabis. Esto es así aunque inicialmente puedan sentir un alivio temporal. Esto también sucede con otras sustancias como el alcohol.
  3. El consumo de cannabis también tiene riesgos sobre la salud física, especialmente cuando se mezcla con tabaco. Provoca problemas cardiacos y pulmonares.
  4. Ninguna cantidad de cannabis es totalmente segura. Si vas a utilizar intenta no hacerlo antes de los 21 años, evita consumir cannabis de >10% de THC e intenta que el consumo sea inferior a 5 unidades de porro estándar a la semana. Cuanto menos mejor. Si tienes algún factor de riesgo para padecer mayores consecuencias evita cualquier uso.

Leer el artículo original en socidrogalcohol.org